lunes, 21 de julio de 2025

ROBERTO ARIZMENDI

 

 

 

Tu piel en la memoria

 

 

 La sombra se disuelve en tu recuerdo

 eres un vendaval sin nombre

desde el instante en que el adiós

desgaja sin misericordia el horizonte.

 

Los colores se diluyen en mis manos

el tiempo sabe de ausencias y demoras

hasta que el sol abriga sinsabores

y el cielo perfila mosaicos de lluvias y promesas.

 

No tu adiós me da el contorno del futuro

sino el preciso sabor de tus instantes

que se tornan augurios cuando el aire funde

los tonos de la vida y de la historia.

 

Nada hay detrás de ti sino tu esencia

el dulce néctar de tu lozanía

una cierta palidez del tiempo que se pierde

y el gozo de vivir un silabario nuevo sin pecado.

 

Cuando te has ido, sólo me queda la memoria,

repaso entonces tu desnuda piel que añoro

o me adentro en los espacios que toco sin mirarte

y que son sueños de tesoros sin destino.

 

Me gusta que hagas falta

porque es la indubitable certeza

de que habré de encontrarte de nuevo

en cualquier lugar del mundo.

 

Estarás ausente, con tu piel sedienta,

tus labios de ansia y tu sonrisa de colores

deshaciendo las cuentas de los calendarios

y construyendo tu asombro sin demora.

 

Yo aguardaré tu arribo sin programa

cualquier día y a cualquier hora,

sin precisar lugar, vestido, ni sábanas de abrigo;

sólo el gozo de una sorpresa que se anuncia.

 

Un día aparecerás entre la niebla,

al despuntar el alba en media madrugada

o cuando el último viento de la tarde sople

y sin palabras sabré que marcarás la historia.

 

De: “Tu piel en la memoria”

 

 

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