miércoles, 19 de noviembre de 2025

EDGAR ALFARO CHAVERRI

 

  

Tu nombre aún es un chiclete interminable…

 

 

Diáfana dulzura de Dios, definiendo decidido
deleitarse divinamente, depositando dijes, dedales,
diademas de diamante, dentro de diminutos discursos discretamente
declarados deleznables,
disentería del decir, del dramatizar distintas desfachateces depravadas;
derrochando diluvios de dimes, diretes, dichos;
decires del demos, desaires, dudas, discordias, decepciones desconectadas
descaradamente,
del día del deseo de dilucidar dilemas delicados:
¿Dónde diablos dormir desnudos?

Dime, dicha:
¿Disfrutas doler?
¿De dónde deviene, dicha
decaer, despedirse,
desangrarse dilatadamente despiertos,
degustando desgraciados dolores del demonio?

¿Descansemos dices?
¡Debatamos!

Días de dignidad despuntan diligentes, deja de dormir, ¡despierta!
deja de digerir dentelladas desabridas…

Discúlpame,
despojado de duraznos digo,
declaro disgustado:
Duele dejar detrás del dintel del dormitorio distante,
despeinado desastre derramado…

Diáfana dulzura de Dios,
duele deleitarse dignamente desvelado…

De veras, dueles demasiado,
delirante déjà vu

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario