Scherezade
Él
languidece como un león alimentado.
Ella
en su sal y su vestido de silicio que se ha ido
hacia
un desierto de viento al mediodía
donde
el maravilloso bien oculto de los cuentos
es
un oasis seco
o un
balido
abandonado.
¿Cuál es el eco, al mediodía,
del
silencio en un grano
de
arena? Podría ser lo soportado
por
ella más allá del hueso vacío del pensamiento,
el
escandaloso corazón elaborado,
la
sal,
y la
sombra del silicio
suplicando
brevemente en su espalda,
su
espalda de Beduino.
Versión
de Luis David Palacios
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