sábado, 17 de septiembre de 2022

JUANA VÁZQUEZ

 

 


 

Hay días en que mis poemas salen

arrugados

tienen la cara ajada

y no levantan del suelo

ni unos centímetros.

A veces mis poemas nacen muertos

sin brillo

ni nada que los limpie.

Yo los plancho y acicalo

para que vayan lejos

y me cuenten historias de lo que existe

al otro Lado del secarral de la mente.

Pero mis poemas

esconden la cicatriz de la incertidumbre

en una palabra: Poesía.

Son poemas espigas

azotados por todos los huracanes

de meses invernales.

Poemas paliduchos

que se esconden en las cunetas de la vida.

¿Para que entonces nacen

si se arrastran como ratas

por los agujeros y la penumbra?

Para eso mejor mi gato

que le nacen tréboles en los ojos

cuando ve pájaros verticales

errando por el santuario del espacio.          

 

De: “Voz de niebla”

 

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