Pulsión
invocante
“ebrias de lenguaje
como antiguas bacantes”.
C.
P. R.
Como
bacantes presas del deseo
el apetito nos llegó por medio de la voz.
Vivimos ajenas a esta ciudad
hervidero de membranas
que nos entrega a una furia
de caballos nocturnos.
Cansadas de buscar el silencio
exploramos esta bóveda incolora
de edificios y oficinas
risueñas y con el olfato susceptible
pernoctamos a los pies de una vorágine
sin más posesión que el desengaño.
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