miércoles, 10 de diciembre de 2025

ADRIANA BAÑARES

 

 

 

La sirena aprende a respirar
pero conserva el canto sibilante en el pecho.
La piedra que vuelve a arrastrarla al fondo.
El canto ahogado, la búsqueda del aire
y del humo que la mate.
Del fuego que la salve.

 

 

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