Amor
en la red
No he palpado tu rostro
No sé la textura de tus cabellos,
si son negros o castaños o si debajo
de los densos follajes de sus ramas
anidan aves para despertarte
por la mañana con latido
No
he escuchado el tinte de tu voz
No he visto tus párpados temblar
cuando te avergüenzas o dices mentiras, si tu risa
tiene hoyitos, si frunces los labios
tu mirada triunfadora cuando el cometa,
el estilo reflexivo sobre el libro
con
un rostro largo y estrecho de Modigliani,
con una cabeza rectangular de Klee,
con el deseo del sediento
que encontró agua finalmente.
No
sé si nos adaptamos, si piensas en mí,
si respondes a mis mensajes sólo por nobleza
y obligación
mirando al mismo tiempo a las perchas
de alambre de tu armario
el bestiario de los viejos amantes
mirando afuera al camino de tierra que te lleva
al mar
la proyección de tu casa,
la soledad inflexible,
las barbillas tranquilas del día.
Sólo
pido una cosa: No te vayas nunca
de la playa en la que te imagino descalza,
con un perro amarillo que chapotea
contento en al agua
y después sacude su pelo mojado
sobre
nosotros.
De:
"Siempre llueve en la cabeza del perro"
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