Dios
sabiéndose
Cuando
yo no soy, o no sueño, el mundo es un papel a la espera de un azote de viento
que lo levante. Sin mí, la insinuación de la luz no existiría porque no
hallaría a quién seducir. La noche es el pretexto para mi soledad, pero soledad
porque yo la quiero; podría no quererla y no habría noches. Yo soy un dios que
no requiere más fieles que él mismo. Soy el mundo, cante o se arrastre.
Pero
a veces, de sólo decirme, traspaso mi discurso y lo desangro: dios sabe de su
imposibilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario