martes, 28 de diciembre de 2021

ROBERTO ARIZMENDI

 

 

 

Cuando escampe sabré de verdad tu nombre

 


No supe sino hasta horas después, con precisión,

que tu voz era mi luz de asombro, indubitable

y que el tiempo había detenido su carrera

para inventar de nuevo cada color del horizonte.

Hubo una nube de sorpresas.

Luz de asombro, dije; interrogantes

y ganas de descubrir los signos de la historia

sin más limitación que el tacto o la distancia.

 

Sólo sabemos las certidumbres de un anhelo

acunado desde las horas infantiles.

Esa es la certeza; lo demás es sólo insinuación

ante la vida, la búsqueda perpetua.

 

Recorreremos el mar, inventaremos colores

para el horizonte nuevo y las incertidumbres.

Nadie recorre el mundo sin temores

y cada instante es una vacilación en el signo de los pasos.

Deberemos aprender a construir de nuevo todo

casa, certezas, afecto y hasta desesperanzas

para no entorpecer destinos ni prefiguraciones

y dejar que el viento diluya todo fardo de soledad y hastío.

 

Inventaremos de nuevo el alba, la luz, el arco iris.

Los senderos son siempre una cruel interrogante.

Cuando escampe, sabré de verdad tu nombre, el mío,

la acepción precisa de cada palabra que se anticipe al recuerdo.

 

De: “Tu piel en la memoria”

 

 

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