mirada
es
así de sencillo:
la
luna aparece ciertas noches;
langostinos,
champaña y caviar
se
sirven sobre
mesas
privilegiadas.
Una
flor estalla rojo a la luz del sol,
vientos
de amargura azotan el jardín del despojado.
El
muerto de hambre naufraga en un mar de basura.
Un
cementerio recibe al nuevo difunto (que es el mismo).
La
noticia se vuelve pasado en segundos,
mientras
mariposa
y susurro comparten hueco
y
dos
labios se buscan en algún escondrijo urbano.
De: “Ahora
que ha llovido”
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