Cuidadores
Desde
el balcón colgaremos los pies para contemplar mejor
el brillo de los paraguas negros. Pequeños sombreros
de papel cubrirán pobremente nuestras cabezas. Sentados
sobre la baranda, con las manos cobijadas bajo los faldones,
vaciaremos a coro un hueco para que no se apague el buen
cirio. Seremos los primeros cuidadores del frío y del granizo de Invierno.
resguardaremos los caminos hasta que se agote la enorme pena.
A los necesitados les entregaremos ladrillos y
paracaídas. Los niños mojados podrán seguir navegando.
Al amanecer cambiaremos los sombreros por otros de plumás largas.
Así, de vuelta a la ciudad, al mejor rincón de la
casa. Al comienzo nos preguntarán tantas cosas como al
volver por primera vez del trabajo. Ahora los pisos estarán
gastados y no gemirá la música en los molinos de antaño.
en torno al fuego iremos dejando las fábulas de nuestros
recientes quehaceres. Juntaremos los sombreros y
cantaremos acordes inéditos hasta la próxima caída del rayo.
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