El
silencio
Con
patas de lana
y guantes de nieve
el silencio viene.
Llega
despacito
como un viento loco
que se mueve poco.
Si
pasa y se queda
saca de repente
bolsas transparentes.
Y
guarda en su vuelo
algunas palabras
que piensa el abuelo.
Y
guarda en atados
las cosas que callan
los enamorados.
Busca
con empeño
palabras que inventan
los monstruos pequeños
(para
su dulcera
que también contiene
sol de primavera).
Para
sus almohadas
busca palabrejas
que fueron soñadas.
Para
sus orejas
rescata murmullos
que no tengan quejas.
Para
sus barullos
guarda griteríos
muy como los tuyos,
y
para sus sueños
palabras viajantes
que no tengan dueño.
Se
va haciendo ruido
como un viento loco
que se mete al río.
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