Mi mano y tu tierra prometida
Tu
carne, sangre y huesos,
tu
cuerpo misterioso acostaste junto a mi
en
la negrura cubierta de la noche.
Tú
dormías y despertabas con tu calor mis instintos.
Mi
mano aventurera
se
lanzó en una expedición a tu inmensidad
y
acampando en tus valles te despertó poco a poco
se
presentó
y la
hiciste bienvenida
te
fue tocando el espíritu en las partes sensibles de tu piel
se
hizo tu amiga
y
osada se metió como semilla a tu fértil tierra abierta
y se
hizo tu amante
hasta
que no hubo recatos
y te
pusiste a bailar con ella en un
frenesí
alocado
hasta
caer rendida.
Pero
mi mano no había saciado su sed…
No hay comentarios:
Publicar un comentario