jueves, 9 de diciembre de 2021

SEBASTIÁN KIRZNER

 

  

 

Físico culturismo

o que corran los otros

 

 

Que corran los otros, dije

que se rajen,

a mitad del sueño

sostengo en la mano un par

de pesas, se me hinchan

de sangre los deltoides,

se me quiebran los dientes

de cerrar la boca.

Que se vayan, que corran,

que huyan.

 

Que me dejen el

gimnasio limpio de sudor;

que el único olor que se perciba,

sea el del hierro viejo

de las pesas que sostengo.

 

 

Hay que tener fuertes músculos

para aguantar la vida, dije

hay que volverse un muro, dijiste,

dije no,

hay que intentar, fundirse al muro.

 

 

 

La carne más dura

de masticar,

es la del animal tenso.

 

 

 

 

Voy a mostrarte mi pecho perfecto,

mi revolución personal,

mi gloria, mi dicha mas grande, dije

voy a mostrarte como aumenté el

trapecio y lo balanceado que está,

voy a pedirte que toques mis femorales

y vas a sentir que son de roca.

Pero no voy a saciarte el hambre,

ni a dejarte en lo absoluto satisfecha,

Porque intentar comer mi carne, dije

es como bailar, otra vez,

                                             con la más fea.

 

 

 

 

Voy a volverme el hombre

mas fuerte del mundo,

voy a levantar poblados

con las piernas,

a arrastrar barcos

con los brazos.

Vas a estar orgullosa

de mi hombría, dije

me voy a inflar entero

de letras como esteroides,

y voy a posar desnudo

frente al jurado,

para ganar mi título

en mister universo

de la poesía contemporánea.

 

 

A mi hijo, pienso

lo voy a alimentar

con bulones,

una dieta diaria

de Estanozolol,

Viraloid,

Dianabol,

Enantato,

Sustanon

 

y le voy

a parar la pija

con Viagra.

 

Con suerte

y cercano a

los ocho,

tendrá un

divorcio digno.

 

 

 

 

Tengo rabia en los caninos, dije

soy una bestia suelta,

soy el puto king-kong,

estoy que reviento.

Mis manos son duras

y ásperas, como las manos

de un dios.

 

¿Ásperas?

 

– Como las manos de un obrero – dijiste, los dioses casi

no usan las manos, los dioses juegan.

 

 

                                                             …las manos de un?

 

 

De un obrero, dijiste.

 

 

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