La
niña
(Sonatina para Elisa)
Alondra
de mocedad,
lo que la eleva del suelo
—las alas libres del vuelo—
no es fruto de la edad:
son plumas de libertad,
suyas desde el primer día.
Eternidad sin consciencia,
¡ay, Elisa, vida mía!,
que unos llaman alegría
y que se llama inocencia.
De:
“Que asedia el mar”
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