A
Paul Claudel
Tu
potente plegaria viene a turbar mi sueño,
Pone sitio a mi noche con el miedo y el fuego.
A mi pesar imploro la fuerza de tu Dios,
Sé que puede ahuyentar el tropel que en mí misma
Atormenta a la hija de quienes lo sirvieron.
Me
verá la mañana llorando por ser débil,
Elevando hacia el sol mis manos como hojas.
Pero ya que lo quieres, ¡oh Padre!, en esta noche
Que nos trae tu orden y en la que el ala obscura
Tiembla, te encontraré. ¡Oh, que tu exilio pueda
Contener en su seno mi tierna sumisión!
Estoy contigo, sí, bajo tu voz me inclino
Como una llama vacilante,
Digo ese nombre que es la dicha
Y la alabanza de tu boca,
Mas cuya cruz hiere mi frente.
Versión
de Carlos Cámara y Miguel Ángel Frontán
No hay comentarios:
Publicar un comentario