El espejo
Tu
figura traza una parábola,
que va desde mi mano hasta
la pantalla del ordenador.
Si
te espío a través del cristal,
percibo los difusos límites
de un sueño,
un desleído aroma envuelto
en jazmín y limón.
Pero
si al fin lograra alcanzarte,
más allá del silencio,
con tus dedos rozarías
el eco infinito del deseo,
la certeza intacta
de quien solo anhela
convertirse en tu espejo.
De: “El peso del silencio”
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