vidrio molido
el
aire de esta casa
se
vuelve repulsivo
soy
un trozo de carbón
ovillado
y ardiendo
solo
logro
perder
el equilibrio
y
caer hecha cenizas
tiznando
esta cama
esperando
más dolor
envuelta
en analgésicos
y
botellas
de
agua mineral
solo
puedo
levantar
la cabeza
para
ver esta escalera
angosta
y pequeña
en
la que todas las tardes
la
luz se extingue
oscureciéndolo
aún
más
todo
quisiera
desaparecer
en
lo negro
adherirme
a la pared
perder
los sentidos
sentir
la noche
en
sábanas limpias
meter
la mano
dentro
de mi cabeza
y
cubrir
con
los ruidos de la calle
los
túneles de esta memoria
quiero
que el tiempo pase
que
la sangre de mi brazo
ya
no sea
un
hervidero mutilado
quiero
abandonar
este
colchón
en
el suelo
esta
habitación
esta
miseria
cuando
cruce
la
puerta de escape
nadie
volverá
a comprarme
por
un baño caliente
papelinas
y
alcohol
nadie
volverá
a levantarme la voz
ni
tocarme
como
si fuera un cadáver
nadie
puede
enseñarme
lo
que es caminar
sobre
vidrio molido
lijando
las aceras
con
la palabra
sobrevivencia
lentamente
desapareciendo.
De: “Hospicio”
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