A un soldado
Tu
obstinado cadáver nos advierte
que hay vida muerta, pero no vencida,
pues solo en tu valor, solo en tu vida,
algo miró después de sí la muerte.
Fuerte
es la Parca, pero tú más fuerte:
no se debió a su golpe tu caída
tú contra ti la ayudas ya rendida,
¿qué quién pudiera, sino tú, vencerte?
Tú
dividiste el trance indivisible
de morir y postrarte, tan altivo,
que en el daño común no hallas ejemplo.
¿Cuánto
más que inmortal, y que invencible
contemplaré que fuiste, cuando vivo,
si el cadáver intrépido contemplo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario