lunes, 1 de septiembre de 2025

ROLANDO ROSAS GALICIA

 

 

Mi perra tiene roña

 

 

Las niñas le tiran piedras para que huya.
Y las amas de casa le ofrecen mendrugos con veneno.

Mi perra, mientras durmió conmigo fue inmaculada.

Pero un día llegó la primavera
y no respetó cerrojos ni candados.

Se fue a la calle.

Y el perfume de su sexo hasta entonces sólo mío
fue de la jauría.

Presurosas carnes del “Duque”, del “Sultán”, del “Diablo”
y de tantos anónimos, miserables, escuálidos,
dispusieron del banquete.

Entre todos le florearon su capullo, lo aguangaron.
Le dejaron sus pulgas y su rabia.
Y esta endemoniada comezón que con nada se nos quita

 

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