viernes, 27 de agosto de 2021

ANTONIO MIRABAL

 

  

Naufragios

 

 

I

 

Lo primero en morir son los anillos,

en alguna brazada perdí el mío

de hierro con que halaban a un buey en la tierra.

 

Ya no me queda seña de ningún matrimonio.

No tengo encima nada tejido por mi madre.

Como si no hubiese nacido de mujer

no hubiese amado a alguna

obedecer al agua es olvidarlas por una más antigua.

 

II

 

Todas mis cartas las ha acabado el agua.

No me deja poner más que los nombres,

no he podido escribir el amor que me siento.

Cada hoja pesa más

escribirla me deja más cansancio.

Los nombres justos apenas los he dicho,

no he entendido la vida.

Si alguna virginidad me queda es ésa.

 

III

 

El lado zurdo de la noche se vuelve el lado zurdo

en los espejos. Sus tatuajes se hacen inteligibles.

Bermudas es de las algas y no del Commonwealth,

los mapas se equivocan, se equivocan los libros.

 

IV

 

Yo no he querido mirarme en los espejos

y saber que una mano escribe en la ciudad aquella

una carta inconclusa donde apenas me nombra.

 

Hay en la tierra una ciudad cercada por los pinos,

una batalla bajo el sol entre pinos y casas.

Hay diez cuerpos entrando a una playa

y la ferocidad de sus muslos es otra guerra más.

Mis pulmones son odres que bate la corriente

mientras los pinos avanzan sobre la ciudad,

avanzan los cuerpos por el agua.

 

 

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