Estado de sitio
La
locura del hombre que apedrea gatos
desde
el punto de mira de su balcón oblicuo
hace
que la luz de la cuadra
se
disperse en un espectro de gritos de felino
mientras
los vagabundos
y
los poetas sin oficio
ni
hospicio
ni siquiera reciben
el
trazo del golpe
o el impacto
de
la pedrada
El
asesino de gatos es sólo una más de las tantas imágenes
que han invadido la ciudad
(como
las cruces negras y los nichos anónimos)
y se
ubica de preferencia en los balcones
al
filo de la tarde
cuando
todos se refugian en salones de clausura
y
murallas que resisten el olor a podredumbre del afuera
El
ASESINO al igual que el VERDUGO el ASALTANTE o el SICARIO
dispone
ahora de un plan maestro de exterminio:
abre
tuberías y desagües de la ciudad
para
que las ratas huyan libres por esquinas y veredas
y
tropiecen al más mínimo descuido
entre las garras de los gatos
Entonces
el hombre apedrea
gatos
vagabundos
&
poetas
para
que la demencia no altere la maleza de sus sentidos
para
que las gentes de los interiores
(cuando
la mañana despunte
y se
cuele otra vez
como
tenía en el estómago)
encuentren
cadáveres frescos para saciar su hambre
en
cada basural de los callejones
De: “Cinema de la crueldad”
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