miércoles, 1 de febrero de 2012


RAFAEL ALBERTI




SI MI VOZ MURIERA EN TIERRA...



Si mi voz muriera en tierra
llevadla al nivel del mar 
y dejadla en la ribera. 
Llevadla al nivel del mar 
y nombradla capitana 
de un blanco bajel de guerra. 
Oh mi voz condecorada 
con la insignia marinera: 
sobre el corazón un ancla 
y sobre el ancla una estrella 
y sobre la estrella el viento 
y sobre el viento una vela! 

CARMEN CONDE




ENCUENTRO



¡Gloria de tu hallazgo!
Bautismo inicial de la primavera
en oleaje de pájaros.

Se movieron las selvas inefables.
Se deshizo el otoño de sus plumas
cubriendo inviernos cándidos.

Venías tú, gentil criatura,
desnudando los ríos a tu paso.

LUIS CERNUDA




PAÍS



Tus ojos son de donde
la nieve no ha manchado
la luz, y entre las palmas
el aire
invisible es de claro.

Tu deseo es de donde
a los cuerpos se alía
lo animal con la gracia
secreta
de mirada y sonrisa.

Tu existir es de donde
percibe el pensamiento,
por la arena de mares
amigos,
la eternidad en tiempo.

MEDARDO ÁNGEL SILVA




VESPER MARINO




     Rugió el lascivo mar a la manera
de un sátiro de barbas temblorosas,
al poner tu presencia en la ribera
su gracia peculiar sobre las cosas.

     Joyas raras y sedas olorosas
prestigiaban tu dulce primavera
y al deshojarse tus palabras era
cual si estuvieran deshojando rosas.

     Hubo un silencio de éxtasis en todo...
el mar violento suspiró a su modo...
lloraron en la niebla las esquilas...

     Y me halló de rodillas el Poniente
viendo abrirse los astros dulcemente
en el cielo otoñal de tus pupilas.

CLAUDIO GUERRERO




EL SILENCIO DE ESTA CASA



En medio de esto está tu mirada turbia por el recuerdo
tu sonrisa apagada
el gesto agobiado y silencioso.

Existen espacios que nunca han sido acariciados por un rayo de luz
rincones que mutilan tu presencia
que absorben las historias jamás contadas a los hijos.

Sólo los ventanales escuchan tus pasos quietos.

En medio de todo esto está nuestra costumbre
de permanecer juntos en la cocina cada sábado por la tarde.
La casa está impregnada de un profundo silencio
la casa está atravesada por tu sabiduría,
yo te hablo de mi tristeza y tú callas tiernamente,
tú preparas el almuerzo del domingo
y yo voy a comprar tus cigarros a la esquina.

Cada sábado vemos el mismo partido de fútbol
saboreamos la misma sopa.
Las paredes transparentan tu surcado rostro
la tarde cae y su sombra se junta con tu sombra.

Ocultas tu cansancio, quisieras sonreír
nada ha cambiado, nada
sólo que te vas a acostar
y busco en mi mente la imagen
de la última vez que tu risa
iluminó esta casa silenciosa.