sábado, 3 de enero de 2015

LUIS DE GONGORA



A cierta dama que se dejaba vencer antes
del interés que del gusto

 

Mientras Corinto, en lágrimas deshecho,
la sangre de su pecho vierte en vano,
vende Lice a un decrépito indïano
por cien escudos la mitad del lecho.

¿Quién, pues, se maravilla deste hecho,
sabiendo que halla ya paso más llano,
la bolsa abierta, el rico pelicano,
que el pelícano pobre, abierto el pecho?

Interés, ojos de oro como gato,
y gato de doblones, no Amor ciego,
que leña y plumas gasta, cien arpones

le flechó de la aljaba de un talego.
¿Qué Tremecén no desmantela un trato,
arrimándole al trato cien cañones?

 

GARCILASO DE LA VEGA

 

XV

 

Si quejas y lamentos pueden tanto,
que el curso refrenaron de los ríos,
y en los diversos montes y sombríos
los árboles movieron con su canto;

si convirtieron a escuchar su llanto
las fieras tigres y peñascos fríos;
si, en fin, con menos casos que los míos
bajaron a los reinos del espanto,

¿por qué no ablandará mi trabajosa
vida, en miseria y lágrimas pasadas,
un corazón conmigo endurecido?

Con más piedad debería ser escuchada
la voz del que se llora por perdido
que la del que perdió y llora otra cosa.


 

 

SALVADOR NOVO


  

I

 

Escribir porque sí, por ver si acaso
se hace un soneto más que nada valga;
para matar el tiempo, y porque salga
una obligada consonante al paso.

Porque yo fui escritor, y éste es el caso
que era tan flaco como perra galga;
crecióme la papada como nalga,
vasto de carne y de talento escaso.

¡Qué le vamos a hacer! Ganar dinero
y que la gente nunca se entrometa
en ver si se lo cedes a tu cuero.

Un escritor genial, un gran poeta…
Desde los tiempos del señor Madero,
es tanto como hacerse la puñeta.

 

 

OCTAVIO PAZ


 

Sonetos II

 

El mar, el mar y tú, plural espejo,
el mar de torso perezoso y lento
nadando por el mar, del mar sediento:
el mar que muere y nace en un reflejo.

El mar y tú, su mar, el mar espejo:
roca que escala el mar con paso lento,
pilar de sal que abate el mar sediento,
sed y vaivén y apenas un reflejo.

De la suma de instantes en que creces,
del círculo de imágenes del año,
retengo un mes de espumas y de peces,

y bajo cielos líquidos de estaño
tu cuerpo que en la luz abre bahías
al oscuro oleaje de los días.

ENRIQUE LARRETA

 

Los libros

 

¿Qué puede haber mejor que este severo
refugio, silencioso, rumoroso?
Hospital de pesares y reposo
del más hondo vivir. Papel y cuero

de infolios y un tufillo rinconero
sahuman la paz del aire penumbroso
y lo intelectualizan. Polvoroso,
del tiempo, residuo prisionero.

Como cosa de mundos submarinos,
rico a su vez de nácares internos
en sus espirituales torbellinos,

así este caracol guarda y profiere
un inmenso latir. Pulsos eternos
de aquella juventud que nunca muere.

 

 

ISRAEL CLARÁ


 

Reino invisible

 

Tu reino no es visible en la distancia
porque nace de mucho más adentro,
del lugar donde Dios proclama el centro
de su mundo repleto de arrogancia.

El lugar de la muerte, que es la estancia
a la que con temor llamo y me adentro
con la esperanza absurda que el encuentro
de tu amor tenga alguna relevancia.

Llueve sin tregua y casi no me acuerdo
de la corporeidad que siempre pierdo
cuando el dolor te abraza y te regresa.

Tan sólo eres la imagen de tu sueño,
un recuerdo fugaz y tan pequeño
que el agua de la lluvia te atraviesa.