sábado, 21 de agosto de 2021


 

CARLOS DARIEL

 


 

viajo y escribo
a un tiempo colaboran
papel y lluvia

noche sin luna
a mi lado reposa
su brillo ausente

un grillo canta
bajo pálida luna
su desamor

 

 

De: “Bajo el fulgor”.

 

 

RIYAD AL-SALEH AL-HUSSEIN

 

 

 

Días

 

 

Mamá…
¿Todavía tienes el fusil viejo de mi abuelo
entre la despensa y el corral de animales?
¿Todavía te peinas el cabello con tus dedos delgados?
¿Y horneas el pan de sabiduría para mis hermanos?
Estoy aquí, mamá.
Bebo a Palestina por la mañana con una taza de café
y expulso los mosquitos y las mentiras de su cuerpo.
Ir a la escuela con ella,
leer juntos los periódicos en el café.
Y cuando estoy triste
se sienta a mi lado y me promete naranjos
Mamá…
Seca tus lágrimas con un pañuelo de montaña
y limpia la pistola de mi abuelo con el trapo de los días.
Después de un tiempo, volveré a ti.
Y con una botella de perfume en mi bolso
y un poco de plomo.

 

 

 

RAQUEL CAMPOS

 

  

4.

 

 

toda mi sangre menstrual

dejo que escurra por mis piernas
me gusta ensuciar sábanas–
y cabezas– con mi
tan íntimo y sucio
ingenio

ser mujer
tiene esos
encantos

 

 

 

CARLOS ILLESCAS

 

  

No resulta fácil morirse

 

 

No resulta fácil morirse

en nuestros países sobrecargados de paisaje

el hambre suele aniquilar poco a poco

pero sus zarpazos se producen con mesura.

La enfermedad sólo en contados casos

es medio seguro, pero no siempre sabes

pero no siempre porque suele prolongarse

a veces sabes y entonces gastas

más en médicos que en comida

El mejor medio para matar el hambre

de manera como ves morir no es fácil

  

De: “Manual de simios y otros poemas”

 

ANTONIO MIRABAL

 

 

 

Emisiones nocturnas

 

 

Lo contenido pugnó, pugnó toda la noche,

pegó con su cabeza tercamente

hasta cuartear el vidrio.

 

Metió sus muslos en muslos de otros,

abrazó la cascada.

 

Se oyó el chisporroteo de un pimiento al asarse,

la explosión de la sal en el vientre del sapo.

 

Al despertar la ropa estaba húmeda.

Volvía, pero de dónde.

 

Emisiones nocturnas las llaman los libros.

Como si se tratara de programas de radio,

de una voz presa durante la noche

hablando para nadie

desde alguna estación muy lejana.

 

DAVID BUSTOS

 

  

9

(Versión libre Marian Moore)

 

Ocho ballenas varadas

aire marino hasta las casas

escamas sobre las rocas

un pelícano porta en su hocico

la bolsa de agua de la tormenta

curvan los pastos las estrellas

se golpean en el campanario

sonidos de dedales de oro

giran sobre el cuero del lagarto

progresa el mar antiguo

la aguja torcida de la iglesia

cuatro columnas acanaladas

las modestas chozas de pescadores

arruinado puerto de ideas

ruinoso muelle sin registro

juncos vibran al aire

el reparador de campanarios

ata la soga que desciende del cielo

lustra la puntiaguda estrella de la iglesia.

 

De: “Dos cubos de azúcar”