sábado, 19 de septiembre de 2020

MOISÉS ELÍAS FUENTES


 

 

Nombres para cruces rosas

 

 


A todas las que nos han

arrebatado. ¡Ni una más!

 

Quien diga que no sintió

que ya conocía tu nombre, miente.

 

Y mientes tú, muchacha, cuando dices

que nunca habías entrado a este jardín

porque sé que escuché antes tu nombre.

 

Aunque sí, debo admitir que nunca vi

otra Mara Fernanda como tú,

con el nombre lleno de ti acompañándote

desde el primer llanto hasta el primer acurruco

[o antes aún, cuando eras sólo un anhelo en el vientre,

un nombre de niña acariciado en el sueño].

 

Pero es que han sido unas después de otras

las que he visto entrar como tú, muchacha,

buscando desconcertada el lugar para tu cruz rosa

en esta multitud de cruces rosas calladas.

 

Unas después de otras las tumbas

que ha preparado el sepulturero

y siempre hay una más y la que sigue,

por lo que a veces pienso que es la misma

que va y viene y se vuelve a ir

[años y años velando el sueño de los muertos

y no me acostumbro a verlas, desorientadas,

como buscando el camino de regreso hacia sí mismas].

 

Todas con sus historias y nombres,

desbordadas de presente y de mañana

hasta que algún amanecer las encuentra

despojadas de nombres y de historias.

 

Solas, con el llanto lodoso en las mejillas

en un amanecer anónimo a la orilla de la carretera,

heridas por el odio cíclope

de un hombre que odia a las mujeres

porque sospecha que no es más que un hombre.

 

Un hombre que pretende vaciarlas de sí mismas

como pretendieron vaciarte a ti,

Mara Fernanda, sin conocer tu nombre

ni la compleja sencillez de tu naturaleza.

 

Y así llegan a este jardín, solas, sí,

pero con su cruz rosa y su nombre y su historia

desafiando los oficios del rencor y el olvido.

 

 

BERTOLT BRECHT

  



Contra la seducción

 



No os dejéis seducir:
no hay retorno alguno.
El día está a las puertas,
hay ya viento nocturno:
no vendrá otra mañana.
No os dejéis engañar
con que la vida es poco.
Bebedla a grandes tragos
porque no os bastará
cuando hayáis de perderla.
No os dejéis consolar.
Vuestro tiempo no es mucho.
El lodo, a los podridos.
La vida es lo más grande:
perderla es perder todo.

 

PIER PAOLO PASOLINI

  

 

 

Pedido de trabajo

 



Poesía por encargo es artefacto.

El constructor de artefactos puede producir muchos

(sin procurarse más cansancio que el del trabajo manual).

El objeto puede resultar, a veces, irónico:

el artefacto siempre lo es.

Han pasado los tiempos en que, voraz ahorrista,

derrochaba todo, invirtiendo mi dinero (mucho,

porque era mi semen y yo siempre estaba en erección)

en la compra de áreas de bajísimo valor

que se valorizarían de aquí a dos o tres siglos.

Era tolemaico (era un muchacho)

y contaba la eternidad justamente en siglos.

Consideraba la tierra el centro del mundo;

la poesía, el centro de la tierra.

Todo era bello y lógico.

Por lo demás, ¿que razón tenía para no creer

que todos los hombres eran como yo?

Luego, en cambio, se revelaron todos mucho mejores;

y yo resulté ser, más bien, hombre de raza inferior.

Intercambié puntos de vista

y entendí que no quería escribir más poesía. Ahora, sin embargo,

ahora que está vacante la vocación

—pero no la vida, no la vida—

ahora que la inspiración, si viene, no produce versos—

por favor sepan que estoy aquí pronto

a proveer poesía por encargo: artefactos. (1)

 

 

(1) Incluso explosivos.

 

 

SAMUEL BECKETT

  

 


 

Por ahí

 


por ahí
un grito lejano
para alguien
tan pequeño
bellos narcisos
luego marzo

 

luego ahí
luego ahí

 

entonces desde ahí
narcisos
otra vez
luego marzo
otra vez
para alguien
tan pequeño

 

Escrito en 1976

Versión de Jenaro Talens

 

SAMUEL BECKETT

  

 

 

Por ahí

 



por ahí
un grito lejano
para alguien
tan pequeño
bellos narcisos
luego marzo

 

luego ahí
luego ahí

 

entonces desde ahí
narcisos
otra vez
luego marzo
otra vez
para alguien
tan pequeño

 

Escrito en 1976

Versión de Jenaro Talens

 

 

JUAN-EDUARDO CIRLOT

  

 

Jazz-Lilith


 

Con mis ojos escucho, con mis ojos
de menta y de cristal desmesurado.
Con mis ojos de piano en el ocaso,
con mis ojos de tigre y de cerezo.
Con mis ojos escucho los acordes,
los desgarrados sones de la tarde,
los sones del amor y del sollozo,
los muslos que se acercan por el cielo.
Con mis ojos escucho tantas selvas,
tantas selvas de furia y de carbunclos.
Con mis ojos de piano, con mis ojos
de hoguera abandonada en el desierto.
Los acordes se rompen en el canto,
los acordes se quiebran en los árboles,
los muslos se acercan por el cielo,
los muslos de magnolia y de ceniza.
Con mis ojos escucho los dos muslos,
con mis ojos de menta y de asesino,
con mis ojos de músico extraviado.

 

 

JUAN-EDUARDO CIRLOT

  


 

Jazz-Lilith

 



Con mis ojos escucho, con mis ojos
de menta y de cristal desmesurado.
Con mis ojos de piano en el ocaso,
con mis ojos de tigre y de cerezo.
Con mis ojos escucho los acordes,
los desgarrados sones de la tarde,
los sones del amor y del sollozo,
los muslos que se acercan por el cielo.
Con mis ojos escucho tantas selvas,
tantas selvas de furia y de carbunclos.
Con mis ojos de piano, con mis ojos
de hoguera abandonada en el desierto.
Los acordes se rompen en el canto,
los acordes se quiebran en los árboles,
los muslos se acercan por el cielo,
los muslos de magnolia y de ceniza.
Con mis ojos escucho los dos muslos,
con mis ojos de menta y de asesino,
con mis ojos de músico extraviado.

 

 

 

OSIP MANDELSTAM

  

 

Regresa pronto a mí...

 


Regresa pronto a mí
Sin ti me asalta el miedo
Nunca antes como ahora
Tan profunda yo te sentí.
Todo cuanto yo quiero
Lo veo en realidad.
Ya no siento celos
Sin embargo, te llamo.

 


1920

Versión de Jorge Bustamante García

 

 

OSIP MANDELSTAM

  

 

 

Regresa pronto a mí...

 



Regresa pronto a mí
Sin ti me asalta el miedo
Nunca antes como ahora
Tan profunda yo te sentí.
Todo cuanto yo quiero
Lo veo en realidad.
Ya no siento celos
Sin embargo, te llamo.

 


1920

Versión de Jorge Bustamante García