viernes, 5 de noviembre de 2021


 

CÉSAR TORO MONTALVO

 

  

El osito y la manzana

 

 

Porque me fui al río
y soñé con el cielo
yo fui
esa fruta de algodón
colgada en el manzano.
Porque volé al cielo
yo fui
ese osito de cuerda
que bailaba
con estos zapatos azules
cosidos con hebras de luna.

 

DIEGO VALVERDE VILLENA

 

 

El zarpazo de Dios

 

 

De un zarpazo Dios te muestra el mundo.
Él lo hace así, como jugando,
y te inocula el veneno de la percepción.
Ya toda la belleza se ofrece ante tus ojos
y el amor posible
y la fe necesaria para que hagas milagros.
Tu piel muta y también tus colmillos
y la caza menor te deja insatisfecho.
Dios con su zarpazo te ha hecho de los suyos
y estás absoluta, tremendamente solo.

 

 

MANUEL RUIZ AMEZCUA

 

  

Sinagoga del agua

(ÚBEDA) 

Para Mª Dolores Granja y Pepe Crespo

 

 

En el agua del pozo
vi aquella mañana
las verdades del mundo
en la luz reflejadas.

El agua transparente
y su mirada clara,
un reino ya perdido,
que ampara cuando llama.

Vi la vida del fondo,
los símbolos del agua,
el cuerpo de la piedra
y las voces del alma.

Vi los forros del mundo
convertidos en nada.
Vi las cosas secretas
con la luz de la llama.

Aquel día de junio
el sol en la ventana
lo iluminaba todo
con aires de esperanza.

 

De: “Las reliquias de un sueño”

 

 

GUSTAVO VALCÁRCEL

 

  

Pentagrama de Chile antifascista

 

 

I

PELDAÑO tras peldaño, pura sangre,
molino de lágrimas, catarata de huesos,
un negro coágulo en la luz y en la garganta nudos
plomo en las calles y en La Moneda humo.

Cuajarones crecientes, vértices redondos,
escalera del odio, barandal de agonías
gradas de alientos masacrados,
descendamos un tanto, camaradas,
ha llegado a Chile la muerte a culatazos.

 

VII

COMO hace años mal sumados
hoy me viene Antofagasta al sueño
y me viene Valparaíso al tímpano
con el doblar de sus campanas bajo el mar

La niebla solloza quedamente
la tarde me trae los olores del Sur
el cuadro de la uva en funerales
la calle Teatinos encogida
la imagen del copihue sin canción.

Ay, la voz de Chile se ha quebrado
hoy baja a recogerla el corazón.

 

 

CONCEPCIÓN DE ESTEVARENA

 

  

Una lágrima

 

 

Puede ser una lágrima la historia
de un corazón por el pesar vencido:
puede ser el adiós que la memoria
da a un bien soñado, si lo ve perdido.
El mudo grito que al espacio lanza,
tal vez, algún oculto sentimiento:
suspiro que, al morir, da la esperanza,
o de la dicha misterioso acento.

Puede ser la expresión callada y pura
de la fe sincera, o de entusiasmo ardiente,
y puede ser, también, de la ternura
el acento más dulce y elocuente.
Cuando la impulsa caridad sublime,
puede brotar por el dolor ajeno:
al rodar una lágrima, redime
un pasado, quizás, de sombras lleno.

Ella puede expresar cuanto en la tierra
al corazón conmueve o esclaviza.
¡Quién puede adivinar lo que ella encierra
cuando por un semblante se desliza.

 

 

JUAN ANTONIO GONZÁLEZ IGLESIAS

 


 

De todo lo visible y lo invisible 

Para Juan Antonio González Fuentes

 

 

De todo lo visible y lo invisible,
¿a cuál de los dos reinos pertenece
este jardín? ¿Será de uno en el otro
como el azur heráldico, que entra
de un campo a otro del emblema y alza
un cometa de plata, otro marino,
cada uno en contrario firmamento?
Este contraste entre el jardín y el mundo
algo quiere decir. Yo sé que algo
habrá de esta serena maravilla
en el futuro. Esa certidumbre
me acompaña según voy recorriendo
el fresco itinerario que algún día
alguien imaginó, y fue primero
dibujo en el papel y luego tierra
removida, semillas, brotes, granos,
esquejes, tallos, tiempo que dejaron
una estación tras otra, que se fuera,
la lentitud que tanto se parece,
y la paciencia, a la eternidad
hasta un día a finales de febrero
en que todo florece. Yo ahora creo
y espero todo. Y niego que seamos
materia nada más, solo energía.
Oh travesía imperecedera.
Estos planos de verde diferente,
el paisaje ofrecido como mano
para la arquitectura y para el hombre,
el viviente sinople, la sorpresa
del lago irregular, el movimiento,
la brisa que se ajusta según pasa
a cada cosa y canta en cada brizna,
reitera todo un himno que hace siglos
fue entonado, escandiendo hacia lo alto
las sílabas del símbolo. Evitemos
todo lo pernicioso. Conozcamos.
Haya luz en los cuerpos, fuego, alguien
que tenga en cuenta nuestros corazones.

 

De: “Jardín Gulbenkian”