martes, 3 de abril de 2018


SOLÓN ARGÜELLO





El verso rebelde



He de cantar tu dorso lleno de escamas,
sierpe que a Nemrod huye, grácil, de prisa,
zigzag ardiente y rojo como las Ilamas
y algo sacro, intangible, pan de misa.

Oh! la frase rebelde que a Plectro inflamas
y te esquivas al darle tu gran sonrisa,
sonrisa que cual polvo de oro derramas
en sus nervios do se alza la Pitonísa.

Eres como de Tántalo ansiada fruta
que de los labios corres, cual bestia hirsuta,
cuando insomne seguimos tu egregio paso.

Con tus alas sedeñas, rebelde verso,
te esfuma. casquivano, riente y perverso
¡Mientras Febo es cautivo del Rey Ocaso


EZRA POUND




  
Imagen de D' Orleans



Esos jóvenes que cabalgan por la calle
en la rutilante estación que empieza
clavan las espuelas sin razón alguna,
haciendo saltar a sus corceles.

Y al paso que van,
las pezuñas herradas de sus caballos
hacen saltar chispas de los adoquines de la calle
en la rutilante estación que empieza.


Versión de Javier Calvo

 

KO UN





Vestíbulo principal del templo



Un gran error
hubiera sido mucho mejor
darse la vuelta en la puerta


Versión de Joung Kwon Tae  - Revisada por Isabel R. Cachera

De "108 poemas Zen"


MAHMUD DARWISH





Sobre esta tierra



Sobre esta tierra hay algo que merece vivir:
la indecisión de abril,
el olor del pan al alba,
las opiniones de una mujer sobre los hombres,
los escritos de Esquilo,
las primicias del amor,
la hierba sobre las piedras,
las madres erguidas sobre un hilo de flauta
y el miedo que los recuerdos inspiran a los invasores.

Sobre esta tierra hay algo que merece vivir:
el fin de septiembre,
una dama que entra, con toda su lozanía, en la cuarentena,
la hora del sol en la cárcel,
una nube que imita un grupo de seres,
las aclamaciones de un pueblo a quienes ascienden a la muerte sonriendo
y el miedo que las canciones inspiran a los tiranos.

Sobre esta tierra hay algo que merece vivir:
sobre esta tierra está la señora de la tierra,
la madre de los comienzos,
la madre de los finales.
Se llamaba Palestina.
Se sigue llamando Palestina.
Señora: yo merezco,
porque tú eres mi dama,
yo merezco vivir.


De: “Menos rosas”

JORGE ROBLEDO ORTIZ





Tu partida



Que te fuiste lo sé. La pesadumbre
de tu ausencia enfermó todas las cosas:
Ya el cielo no es azul sobre la cumbre
ni el verso es verso, ni las rosas rosas.

La lámpara votiva está sin lumbre
para el martirio de las mariposas,
y ya el reloj tiene la certidumbre
de un rosario de noches silenciosas.

Bien sé que tu partida sin regreso,
encerró entre paréntesis un beso
que ya ensayaba su primer pecado.

No tienes que explicarme que te has ido,
pues hasta un niño sabe cuando un nido
quedó por el amor abandonado.


ENRIQUE GONZÁLEZ ROJO





II.- Mar de mediodía



El sol tocó las aguas y acrecentó su canto.
Esta ola viajera
desparramó su música
sobre la arena.

La brisa y el calor mueven las hojas
de la palmera.
Los pájaros marinos
callan, abochornados, sus confidencias.

Una familia de tortugas
sale a tomar el fresco a la ribera.
Y tú, delfín que asomas
entre la espuma la cabeza,
¿escuchas el rumor de los mares
o aspiras el olor de la floresta?


De: “Los cuatro mares”