"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
jueves, 7 de julio de 2022
ADELE DESIDERI
La
caja mágica
Quiero
regalarte una frisbee
y
encerrarte en la caja mágica
con
los bolos y las canicas coloreadas.
Lolita
rubia enhebra los ojitos húmedos:
el
bucle en alto, la boquita de hiel,
sobre
el pequeño seno salsa de frambuesa.
Giro
la llave, abro la caja, desplazo un libro,
busco
el lápiz y tiro el frisbee.
Sé
que no te veré nunca más.
Versión
de: Carlos Sánchez
JAVIER BOZALONGO
Luz,
contraluz
El
que apaga la luz
no siempre busca el sueño.
A veces, en lo oscuro,
sus ojos se acostumbran a mirar
lo que no ven de día:
viene un niño corriendo
detrás de una pelota siempre esquiva,
hay un adolescente con un libro en las manos.
Detrás de los cristales de sus gafas,
amor que no encuentra reflejo.
A todos los protege la sombra de un poeta:
Alberti, Juan Ramón, Machado, Federico;
después Ángel González, Vallejo, Jaime Gil…
todos le dicen cómo,
descubren el porqué
mientras alguien pregunta
cómo sabremos cuándo.
El
joven, sorbo a sorbo,
bebe el café del tiempo y se hace hombre,
definitivamente padre,
dubitativo faro
a merced, como siempre, de las horas:
las menos, de descanso,
las demás persiguiendo
lo mismo que aquel niño
que no supo jugar a la pelota.
El que enciende la luz ya no es el mismo.
AUGUSTO MONTERROSO
El
perro que deseaba ser un ser humano
En
la casa de un rico mercader de la Ciudad de México, rodeado de comodidades y de
toda clase de máquinas, vivía no hace mucho tiempo un Perro al que se le había
metido en la cabeza convertirse en un ser humano, y trabajaba con ahínco en
esto.
Al
cabo de varios años, y después de persistentes esfuerzos sobre sí mismo,
caminaba con facilidad en dos patas y a veces sentía que estaba ya a punto de
ser un hombre, excepto por el hecho de que no mordía, movía la cola cuando
encontraba a algún conocido, daba tres vueltas antes de acostarse, salivaba
cuando oía las campanas de la iglesia, y por las noches se subía a una barda a
gemir viendo largamente a la luna.
De:
“El paraíso imperfecto”
JUAN LARREA
El
mar en persona
He
aquí el mar alzado en un abrir y cerrar de ojos de pastor
He aquí el mar sin sueño como un gran miedo de tréboles en flor
y en postura de tierra sumisa al parecer
Ya se van con sus lanas de evidencia su nube y su labor
A la sombra de un olmo nunca hay tiempo que perder
Crédula
exquisita la oscuridad sale a mi encuentro
Mi frente abriga la corteza del pan que llevo adentro
cortado a pico sobre un pájaro inseguro
Y
así me alejo bajo la acción del piano
que me cose a las plantas precursoras del mar
Un ciervo de otoño baja a lamer la luna de tu mano
Y ahora a mi orilla el mundo se empieza a desnudar
para morirse de árboles al fondo de mis ojos.
Mis
cabellos se llenan de peces de penumbra
y de esqueletos de navíos forzosos
Sin
ir más lejos
tú eres fría como el hacha que derriba el silencio
en la lucha entre el paisaje y su golpe de vista
Mas
cuando el cielo exporta sus célebres pianistas
y la lluvia el olor de mi persona
cómo tu hermoso corazón se traiciona
RAQUEL JODOROWSKY
Aquí
estamos
Aquí
estamos las madres negras
petrificándonos
como un raro ejemplar
de otras edades.
Sin que estas palabras
puedan cambiar
las decisiones de los hombres
que mantienen los pueblos
en la sombra.
Aquí estamos las mujeres poderosas
rodeadas de atormentadores
reducidas a cenizas
por la mano del hombre.
¿Dónde va a florecer nuestra familia
si se contamina la vida
en el Pacífico
y hacen estallar el espacio
rompen el aire de dragones imaginarios
si desequilibran las nieves de los Polos
y también las profundidades de la tierra?
Dónde alimentar la sonrisa de los hijos
con peces muertos, vegetales muertos, aire muerto
alimento envenenado
cabellos, piel, el color de los ojos
envenenado
la alegría de vivir envenenada.
Sin que ninguna de mis palabras
pueda cambiar nada.
Aquí me desintegro
sin haber tomado parte
ni ser poeta comprometida
con cualquiera de esas mentes
destructoras
de mis generaciones sobre la tierra.
FLORIDOR PÉREZ
Pre-epitafio
Aquí
ni siquiera yace
pues no ha muerto todavía
un tipo que día a día
cargó la cruz que a Dios pace:
plantó un árbol, hizo clases
le dieron y dio lecciones,
tuvo hijos, publicaciones
y -de serle concedido-
reeditara lo vivido
con dos o tres correcciones.
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