sábado, 2 de agosto de 2025


 

RAÚL GONZÁLEZ TUÑÓN

 


 

No preguntaron

 

 

Vinieron de tierras subidas a los mapas.
Según la latitud agrias o dulces,
duras o fraternales.
Oh viajeros,
con puñales, con rosas, fotografías de jefes queridos,
de niños solos, lugares y muertes.

No preguntaron.

Así vinieron,
nadie los llamó.
Un día llegaron a morir en los muros de la ciudad
  sitiada,
de la que sólo vieron sus orillas.

No preguntaron.

¡Tan delicadamente!
Qué aristocracia popular,
qué señores de la sangre y qué ilustre morir
cuya herida
explicaba el secreto de la pólvora.

No preguntaron.

Ellos,
los hombres de la primera columna voluntaria,
no preguntaron ¿cómo va el museo?
¿dónde están las mujeres y las coplas?
¿cómo se come aquí? ¿dónde está la taberna?
¿cómo se va a la catedral? ¿dónde está el cementerio?
ni cualquier otra cosa que pregunta un viajero
que conoce la sed, el hambre, el mundo.

No preguntaron.

 

 

JORGE SANTIAGO PEREDNIK

 

 

El mar

 

 

Dos boyas, una blanca y una negra, flotando en el mar
El mal es lo que definen las reglas de equis
la pequeña catástrofe que hunde la boya
El sillón es rayado, rayas carmines sobre fondo blanco
no, rayas blancas sobre fondo carmín, no
Tres boyas, dos blancas y una negra, flotando en el mar
El mal inflota, transflota
las olas lo arrastran
¿es mojado, está mojado?
El que sabe lee los signos y actúa…
El que no sabe…
Llueve, algunos se cubren los ojos, otros…
Mi corazón es carmín como los sillones de
Tus sillones tienen rayas carmines como mi
Según la teoría de los tonos y las formas
dos boyas, una azul y una naranja, flotan sobre el mar
Al que sabe, los colores del mal le provocan risa
Reímos, vos y yo, sentados en tus sillones, de corazón
que llamemos sillones a esas maderas y telas
que nos sentemos porque son sillones
que hablemos de corazón
Saco mi corazón de su cárcel
para probarte que existe
tu sonrisa lo hace presa
las boyas semejan barcos inmóviles para siempre
aparece la isla en el horizonte donde antes había lluvia:
su tierra pelada color carmín
las moscas en las piedras que no distinguimos
Tres boyas, un azul y dos naranjas, flotando en el mar
El mal es lo que evita, el que sabe, definir
Una piedrita plana puede caminar sobre el mar
o sobre el mal o hundirse, según cómo se tire
Entre el ojo y la isla, la persona y el agua
el libro y la idea está el mar
o sobre el mal o hundirse, según cómo se tire
Entre el ojo y la isla, la persona y el agua
el libro y la idea está el mar
entre vos y yo está esto:
el radar o el horadar el sentido en la ocurrencia
el perfume o el hedor de la cultura, el olor de todo
la sonrisa amarilla, la sonrisa negra, la sonrisa marrón, la
un oleaje transparente, un corazón sillón, un

       Versos escritos sentado, frente a una isla griega
       veinticinco siglos después
en el lugar donde el maestro Critias
hablaba a sus discípulos sobre el Mar
   o sobre el mal
   mientras miraba

Dos boyas, una roja y una amarilla, flotando en el

 

 

LUCÍA CARRANZA

 

  

To be alive

 

 

Escribo conmigo presente, me quiero ahorrar el futuro, el pasado se puede quedar allí.
Yo soy el tiempo,
un vaivén,
un ejercicio no perfeccionado con el diávolo.
Vivir es estar lleno de discontinuidades pero más aún de intensidades.
No-vivir es la pasividad, ella nunca estuvo.
Yo nunca me veré en la morgue del Callao, ni siquiera en sueños, para eso están mis compañeros.
Yo me libro gradualmente de mis responsabilidades y las vuelvo a atraer.
Yo no quiero un espacio en el cementerio,
yo quiero estar en manos de practicantes o nadar en pedacitos por el mar.
No me lleves flores, cómpralas de colores, respira sus olores, yo ya no las podré mirar mañana, y las quiero moradas.
Mi estilo no persigue ser catastrófico, seguiré siendo animal, como un pez sin pecera, como minutos de felicidad.

 

MELISSA PATIÑO

 

 

 


6



El Atroz se alimenta de su propio cuerpo podrido. Sus fauces arrancan con regodeo uno de sus brazos e impaciente se devora. Pero el brazo arrancado vuelve a crecer una y otra vez sin ningún problema…

…  Cada vez de forma más Atroz.

 

 

ENRIQUE WINTER

 

 

 

Tu pueblo

 


En el sueño una micro tomo a casa contigo.

 

Y me pregunto adónde, dónde habremos llegado,

en qué garitas te estaré abrazando,

cuando en casa con otra yo haya amanecido.

 

 

 

PABLO ROMAY

 

  

Hay que escribir todos los días

 


  construir refugios de palabras,
  casas,  unidades habitacionales de 1,000      

  departamentos
  hoteles o chozas
  engendrar llantos
  perseguir historias
  aunque sea en las paredes, con crayones
  aunque nos quedemos sin papel
  o lápiz
  en las tardes lluviosas
  en la noche estampada
  engraparnos la boca
  encerarnos los oídos
  tirarnos al silencio
  esperar, escuchar
  cazar las palabras
  dormir con  lápiz afilado y libreta junto a 

    la cama  

  y ensartarlas
  escribir en sueños
  o al despertar.