"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
domingo, 19 de octubre de 2025
JUAN PABLO ROA
Dejar
la música de la vida en el lienzo
como
jardín podado, borracho de almizcle,
de
ramo amputado que trasuda y es blanco,
carne
cruda del mueble que vendrá
o
no, a llenar la barriga avara del tener y de la compra
dejar
la música, decía,
al
paso de los años
o al
regreso extemporáneo del recuerdo,
ese
que interrumpe, invade casa
haberes
y hasta la más mínima ocupación,
o
que te interrumpe y te hace amargo el trabajo;
borracho
de almizcle, como jardín podado,
dejar
la música de la vida en el lienzo,
la
música que suena sola.
(entre
los arrecifes de la noche)
De: “Cuaderno del Sur”
ALICIA DELAVAL
Hablemos de amor
Ven,
mientras otros hablan de guerra,
tu y yo
hablemos de amor
No le tengamos miedo a las palabras
sexo, atracción, deseo,
a ese abismo que atrae hacia su sima
ebria de perdido litorales;
a esa cumbre
donde el hombre se hace dios
Mientras
los demás hablan de guerra,
tu y yo
-como la primer pareja-
Hagamos el amor
Cantemos las mujeres un himno al amor y a la vida
con todo el egoísmo de madres, esposas, hermanas;
de novias, amantes o amigas;
luchemos
porque en la redoma del amor
los hombres olviden sus rencores,
por esa carne de cañón que ignora
porque el cielo se les cegó de pronto
si todavía era primavera.
LUIS RIUS AZCOITIA
Federico García Lorca
A lo
oscuro corrías
de los bosques, huyendo.
Se llevaba tu sombra la mañana
herida por el fuego,
y a tu voz la arrojaban
en un pozo profundamente negro.
¿Dónde
podías ir tú sin voz ni sombra?
¿Dónde esconder la muerte de tu cuerpo?
a lo oscuro corrías
de los bosques, huyendo.
Era
río tu voz de velas blancas,
rojos peces y azules marineros;
su verde transparencia
no correrá ya al mar. Un limo espeso
la ahoga y aguas muertas
cubren su silencioso yacimiento.
Descansa,
pues, ahora
que duermes ya el descarnado sueño
y no te duele el corazón. Descansa
del terror de las balas en tu cuerpo.
Con
tus ojos, ya estrellas
abiertas en el cielo
de tu paz, nos verás
regresar al lugar donde estás muerto,
y en el foso en que ahogaron tu voz arrojar flores
hasta cubrir el limo negro
de luces y de aromas,
y hacer de tu morada un claro huerto
donde lleguen abejas
a buscar miel, y mágicos insectos
vuelen enamorados
llenando de rumores tu silencio,
eternamente.
ROLANDO ROSAS GALICIA
Poema XXXI
La
cuetzona baila, baila.
Brinca como un ajolote.
Se mete entre los toros. Les aprieta los huevos.
Moja su jeta en su leche.
Abre su hocico como una gallina culeca.
Se clava en el estiercol fresco y luego sale.
Se bate en el lodo. La cuetzona parece un lagarto.
Levanta su falda y me muestra un alacrán mal dibujado.
La cuetzona me chupa la sangre.
La cuetzona desaparece pero no es un fantasma.
OMAR LARA
20
Sabes
que no vienes a mí
vienes al estrépito que arrastro conmigo
al incandescente tumulto de la sangre
a los ríos profundos del regreso
sabes
me tiendo en esas aguas
anticipo el dulzón abrazo de la hojarasca
sabes
me gusta oler la ofrenda
de tu espera
MARCO MARTOS
Brindis de Yasunari Kawabata por la danzarina de Izu
(1945)
Por
la luz intensa que arriba a tu ventana
en el centro de la noche y te deja
ligeramente azul cuando te baña,
por tu piel que semeja a las espigas
de cebada bajo el sol del mediodía,
por tus ojos del color de la miel
de las abejas zumbando al pie de la montaña,
por tu permanente gracia de mujer
que ya tuvo aquella que alegró la vida
del primer hombre, cuando hablaban,
por la serena belleza de tu voz
que llega precipitándose hasta el mar
desde lo más alto, por tus manos que ofrecen
ríos de ternura, llueve o truene,
haya sol o nube o nada,
por tu sonrisa que hace de cada día,
con sus instantes, un lugar de palmeras y agua,
y alienta a continuar el camino de la vida,
levanto mi vaso de vino y brindo
por ti y por tus sueños,
y mientras lo amarillo helado
baja por nuestras gargantas
tocan timbres a lo lejos,
turbinas se alistan, alas,
y un pacto de fuego queda sellado
en nuestras miradas.
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