"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 22 de enero de 2025
ALDO VICENCIO
El altar de Áulide [1]
1 Un
sueño de lacias cortinas,
cuesta
adentro, sobre los hombres
Todas
las posibilidades
se
estrechan en un canal de agua
El
tiempo que no aprovechamos
es
el tiempo para morar una pared;
sostiene
la vastedad de los amantes,
d e
s v a n e c i é n d o s e
***
2 Clausura de los dioses, el rito
que no consagra, sino fractura
Eyección del espíritu confundido;
las palabras no recorren
siluetas diferenciadas,
sino esparcen el convivio de un vergel en ramos: verdor,
vegetación /(vegetavidad)/
***
3
¿Qué expiación hay para la inseguridad?
El
título para las fauces de un hálito
que
recorre fotografías amontonadas:
él,
el que en el otro solo puede desear,
y en
el deseo, el hambre de la orfandad:
la
mirada permanente de un muerto
4 A
espaldas de un flemático príncipe, la caza mayor:
la
sonrisa inadvertida
comisuras
en arco
una
mejilla tibia
[
resoplar en la vejiga vacía;
la
espontaneidad ornada está
viendo
las saetas de una cabeza
petrificada
por el frío ]
***
5
Advertimos el padecimiento,
ofrecemos
libaciones para evitar el abandono
(a
saber, la extinción prematura, el horror místico)
¿Quién
asigna a los cuerpos la susceptibilidad de la intervención?
***
6 En el arrebato hay luz; esto no ilumina, sino hunde
Porque en el sentimiento de disiparse
conservamos el escarpelo de la devastación:
Dios sin Dios, hambre que no es hambre
La sutileza de los trágicos: somos inmolados sin
redención
***
7
Olvidar el ardor sin final,
como
cueva,
entre
sombras que abren dádivas
estampar
los ruegos,
las
formas que se definen
más
amor que paz, la célula indómita
arar
la sangre
arar
el pelo
una
columna de gotas frente a la hoguera
[ el
humo no puede mentir ]
HUGO OQUENDO-TORRES
Flores del mes del viento
Una
flor azotada por el viento, el mes de agosto.
En
él cientos de cometas
se embrollan en las redes
eléctricas,
otras
serpentean en las nubes
como ensueños
que penden de un hilo
luminoso.
Agosto
se anuncia cuando crujen las ramas
y el sol todo lo bendice.
En
el mes del viento
las flores de papel son pájaros
ciegos.
IKU TAKENAKA
Melocotón
· Cebada · Tú
"Sigamos
viviendo"
Tú y yo, uno frente al otro.
"Sigamos hablando y sigamos viviendo"
No hay nada malo en hablar, y
hablar incluso favorece la digestión.
Sobre el tonelaje de un barco en el puerto que contemplamos desde arriba
y sobre su destino, sobre su carga,
sobre las huellas dactilares dejadas en la carga,
sobre si las huellas dactilares tienen forma de espiral o de arco.
"Hablemos. Sigamos viviendo"
Queridas flores de durazno.
Querida y hermosa hierba de cebada alta,
¡querida tú!
IVÁN URIARTE
Vuelo al
pasado
A Luis Alberto Tercero, hombre de alturas
Un Whisky a 34.000 pies de altura
baja la ligera
angustia
de estar lejos de toda solidez terrestre.
Lejanos los árboles y las nubes tendidas al paso
en
silencioso asombro.
Inconvexo el cielo desde la ventana del avión
escalando
la convexidad
del limitado cosmos inmediato.
En la ancha y confortable flotante
nave las
azafatas
que van y vienen no hablan de Miguel Ángel
ofrecen el incipiente menú del vuelo: frutillas,
mantequilla
evaporada, viandas imaginarias que se
convierten
en pastas, vino, café, té.
Almuerzo colectivo imaginando el océano a
nuestros
pies como inesperada dádiva.
Sobre las pantallas de los monitores aparece el
mapa de vuelo revelándonos el misterioso
encapsulado
de nuestro
inmediato ser: horas de vuelo, temperaturas,
millas
recorridas, altura, tiempo de llegada…
Continua el avión dormido como un insecto
sobre una
rama bamboleada repentinamente
Vous etes prie de atacher vos centure…
En la altura reina Eolo y su soplo
nos recuerda
nuestro
origen
lejano de la agreste tumba
en el hoyo florido que se nos enrosca al
pescuezo
hasta que la nave se estabiliza
y las azafatas sonríen y nos recuerdan
subrepticiamente
a Les demoiselles d’Avignon
9 horas de vuelo, tiempo elemental de una
orgía que no
comienza
mientras sostengo paganamente mi whisky
pienso en
los griegos
bebiendo vino a estas alturas
hubieran libado como si estuvieran en el templo
de Zeus
brindando por una eternidad verdadera que
aun no
soñamos.
Octubre 4, 04
ENRIQUE SOLINAS
Siempre el verano
a Griselda García
Siempre
el verano es la estación
que
renueva el tiempo.
Promesa
y tentación,
esperanza
de cambio,
la
cima del cielo, el deseo
de
habitar un mundo mejor.
Si aprendo
a escuchar,
oiré
la melodía más hermosa
del
mundo.
Si
aprendo a crecer
sabré
que ésa es una forma
de
pedir perdón.
Siempre
el verano, siempre,
traerá
nuevos aires,
nuevas
palabras y silencios.
Que
sea lo que fuere,
aquí estaremos
a la
espera de lo que vendrá,
con
los ojos cerrados,
con
los ojos abiertos.
Desde
la estrella
mira
hacia el pozo.
Enciende
la oscuridad.
KAMANDA KAMA SYWOR
Una metamorfosis del espíritu
Se
necesita una base para las libertades. Veo el cielo cubierto de espejismos de
esperanza y sangre nueva, de palabras desnudas y verdades insumisas. Veo, al
final del camino, a este pueblo desencantado, carcomido por el odio y la
revuelta, que se nutre de gritos, lágrimas y absurdos, expuesto en sus
desgarros a las llamas hambrientas de la corrupción. Desafío a los halcones
endogámicos de la abundancia inútil, los equilibristas de la buena gobernanza
financiera que masacran naciones en las laderas de los montes de la traición.
Me gustaría abuchear en la plaza pública a estos buitres con cabeza de hombre
que llenan sus vientres de lingotes de oro, piedras preciosas, dinero sucio,
gusanos intestinales de decadencia, que se regocijan con los restos putrefactos
de pueblos víctimas de genocidio en tierras saqueadas. En los umbrales
desvaídos de la democracia, no queda más que orgullo mutilado, cuerpos despedazados
por la sumisión y espíritus colgados del árbol de la fatalidad por
manipulación.
Yo
digo: «Nada es irreversible». El intrépido león de nuestras sabanas retrocede
cuando las hienas cargan.
De: “L'éternité des jours”.