jueves, 1 de abril de 2021


 

DIEGO MONTES

 


 

Descripción oral – AC07/GMX20-086

 



Fue visto por última vez entre las flores,
decían que solo iba avanzando con sus destellos brillantes,
púrpuras, con la espada en la mano
preguntando por aquellos silencios esparcidos por la tierra;
es como dios, dios lo detuvo por eso,
le abrazo y llevó caminando por la siguiente calle
en donde el cielo fue vencido.

 

Vestía con camisa de gloria, es alto, bronceado
y guapo cuando camina con la cadera golpeada,
golpeada por la mano de dios, él era como dios
caminaba por el jardín buscando memorias oscuras,
preguntando por los niños que desaparecen.

 

Cuando se le vio por última vez
iba abrazando una ausencia de cabellos sedosos,

 

se le vio con el ceño fruncido
y la boca sangrando miedo
se le vio por última vez a las 03:30 de la madrugada,
media hora después del crimen de cristo,

 

ahora solo queda el rostro de la ausencia,
sin nombre, ni motivo:

 

Desaparecido número 54, 010.

 

SASIL SÁNCHEZ

 

  

 

Anidar

 

 

Anido en tu ombligo,
deseo llegar a tu vientre;
ahí, en el centro de la tierra,
ahí, en donde nace la vida.

 


LOURDES FERRUFINO

 

 

 

Primero de noviembre

 

 

Manojos y reminiscencias brotan
en medio de un gentío nervioso.
El grupo de ancianas discute el precio de las flores
si llevar este color celeste o aquella terracota.

Pienso en el jardín de las delicias
los cuerpos los frutos la impresión carnal.
No sabría decir qué modifica este cuadro
si el aliento o el prodigio de ser foránea
si la brutalidad del día previo al festejo
si la muchedumbre merece
llevar el luto con flores pasadas de moda.
Es preciso conservar rituales
antiguos instrumentos de la costumbre.

Existe una verdad perversa:
la ciudad es un camposanto habitable.

 

 

THOMAS VINAU

 

 

 

 

Madurez

 



Tuve seis gatos dos ratas
y trece conejillos de india
a los diez años intenté una cría de caracoles
cultivé hongos
en los azulejos de mi bañera
3000 moscas verdes en un frasco
y tomates en forma de pera
pequeñas comas acuáticas
en una botella abandonada
huevecillos renacuajos sapos
insectos urracas salamandras
si hubiera podido  habría plantado una nube
era curioso
ahora soy adulto
cosecho las sombras proyectadas
entre mis sueños y yo
el polvo de las cosas
que sigue pegado
a las palabras

 

ÁNGELA LEITE DE SOUZA

 

 

 

Aquí va la encomienda



Aquí va la encomienda

hace tiempo prometida.
No va certificada,
prefiero la garantía
de este sello
que pego con celo
y saliva.

 

Destapa la caja
a la manera bien minera:
Minas jamás se entrega
la primera.

 

¿Ves las cortinas
de vagones en fila?
¿Las colinas diamantinas?
¿Las lamparillas
y las hondas vasijas?
¿De los pez-puercos, la pantomima?
¿Y esas finas chiquillas
opalinas?

 

Entonces tienes Minas.

 

 

SHERKO BEKAS

 


 


Un poema colaborativo

 



El día que Dios

Lloró sobre Halabja

Yo en la tierra

Con esas gotas de lágrimas

Escribí ese río de poemas   

Que luego yo nombré:

¡El eco del poema colaborativo 

Entre los kurdos y los ojos de Dios!