"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 8 de octubre de 2025
FAYAD JAMÍS
Por
esta libertad
Por
esta libertad de canción bajo la lluvia
habrá que darlo todo
Por
esta libertad de estar estrechamente atados
a la firme y dulce entraña del pueblo
habrá que darlo todo
Por esta libertad de girasol abierto en el alba de fábricas
encendidas y escuelas iluminadas
y de esta tierra que cruje y niño que despierta
habrá que darlo todo
No hay alternativa sino la libertad
No hay más camino que la libertad
No hay otra patria que la libertad
No habrá más poema sin la violenta música de la libertad
Por
esta libertad que es el terror
de los que siempre la violaron
en nombre de fastuosas miserias
Por esta libertad que es la noche de los opresores
y el alba definitiva de todo el pueblo ya invencible.
Por esta libertad que alumbra las pupilas hundidas
los pies descalzos
los techos agujereados
y los ojos de los niños que deambulan en el polvo
Por esta libertad que es el imperio de la juventud
Por esta libertad
bella como la vida
habrá que darlo todo
si fuere necesario
hasta la sombra
y nunca será suficiente.
ÁLVARO ARMANDO VASSEUR
Los
leviatanes
Mi
numen es el Leviatán cautivo
en el mar insensible de las cosas,
que remonta el arcano Kuro-Sivo
remolcandos sus blancas nebulosas.
Bloqueado
por el Cosmos decisivo
gira en eternas rondas silenciosas,
triste de más allá, solo y esquivo,
como un sepulturero entre las fosas
Nadie
sospecha que el ignoto vela,
trazando, con los fuegos de su estela,
vías astrales en la inmensidad,
Un
día escucharán – sobre el oleaje
negro de la Muerte – su ¡han! salvaje
perderse en tu maelstrón, Eternidad.
Al
gran clamor del inmortal proscrito,
responderán con salvas, los volcanes,
y séquitos de largos huracanes
irán a acompañarle, al Infinito.
Todas
las razas del moderno mito,
que le ignoraron, honrarán sus manes;
y el himno de los cósmicos afanes
por él creado, les será bendito.
¡Oh,
monstruos de los mundos de la idea!
Ya la tiniebla sideral clarea
auspiciando una estirpe de titanes.
Pronto
verán, los continentes todos,
fosforecer la noche de los lodos
al pulular de rojos Leviatanes!
HUMBERTO ZARRILLI
Cántico
por la noche del aire
Porque
la luna es de aire para que la suspires
y te incendia la llama de un fuego que no arde;
porque la noche crece para que tú la admires,
¡revelarás tu imagen, oh nube de la tarde!
¿De
qué naufragio de oro eres flotante vela
que desgarra, dorándose, mi sueño de cipreses?
Camino te da el cielo para que lo regreses.
¡Anda con tu color que al poniente consuela!
Vuelven
al corazón latidos olvidados
en un canto que escucho y no sé quién lo canta.
Ante ti el lucero su esperanza abrillanta
y
las ondas renacen en espasmos dorados.
Sólo yo estoy erguido en mis días creados
oyendo tu mensaje que me anima… y me espanta.
DOMINGO ALFONSO
Canción
de amor
Una
mujer, un vestido rojo,
han entrado con un hacha en mi casa y mi oficina,
talando los viejos hábitos, aquellos amores
sembrando a toda prisa sus árboles,
porque mi propio corazón es una pradera
llena de girasoles
que repiten las líneas de su rostro.
Ella
ameniza mis mañanas y mis noches.
Sin ella
¿cómo pude vivir durante treinta y nueve años?
Fui marino sin brújula,
pues ella y solamente ella,
su saya roja, su pulóver azul,
las medias que le esconden la piel,
están grabados delante de mis ojos,
me ocultan las letras del periódico,
las hojas de los árboles,
y las paredes nuevas que pintan los obreros.
Tomar
contigo una cerveza,
vivir bajo tu mismo techo mientras cocinas la sopa,
tomar un ómnibus a tu lado,
me compensan las molestias de la vida:
el dentista, el miedo a la muerte,
la piedra dentro del zapato, una canción sin amor.
La
vida a tu lado
son muchas manzanas, un carrusel,
ángeles tocando el piano,
niñas con pelotas y flores,
ancianos en un jardín escuchando a Vivaldi.
De: “Libro
de buen humor”
QUITERIA VARAS MARÍN
¿Por
qué a la frente joven…
¿Por
qué a la frente joven y lozana
surcan las sombras do aterrante duelo
y lágrimas de acerbo desconsuelo
alumbra un sol de espléndida mañana?
La
flor que en la pradera se alza ufana
mustia se inclina y dolorida al suelo,
y hasta de la avecilla es triste el vuelo
porque siente el plañir de una campana.
Es
que se llora al sabio generoso,
filantrópico y noble en su carrera,
de mente altiva y corazón virtuoso.
Exenta
su alma de ambición rastrera,
al pobre siempre socorrió afectuoso,
honro a la ciencia a la virtud austera.
JOSÉ MIGUEL VICUÑA
X
Deja
crecer las voces de la noche,
crecer con hojas
desprendidas, volar, caer al sueño
en el estanque
donde brotan los besos del rocío.
Deja correr las lágrimas calientes
de la memoria
mar adentro, a las cámaras de oro.
Deja
correr las horas enlazadas
lentas, danzando,
volar, volar hacia el color del día,
y en las palabras
detenerse al instante de mirarnos,
y sabernos amor toda la vida.
