sábado, 6 de mayo de 2017


MARGARITO CUÉLLAR


  

La noche y yo
(Poema extraviado en un libro de Jorge Luis Borges)



Entre los griegos la noche tenía cuatro velas
Vespere, Media Noche, Canto del Gallo
Custodia Matutina.
Para dormir y hacer que las estrellas
crezcan ebrias de cielo en otras latitudes
yo prefiero los días.
Porque es débil la noche y poco clara
en la forma de expresar sus ideas
no caben en su nombre tantos sueños.
Para cumplir la tarea que encomiendan los dioses
el sino luminoso de los días.



JUAN GARRIDO




Diálogo con la Luna Ebria..



Allá va la luna ebria camino a casa
El tiempo se consume en la espera.
Bebo la noche como un cuerpo caído
Al cemento de la soledad;
Quien me abriga,
Consuela con un beso masticado
Por las ratas de la huerta.
La madrugada tiene el olor  a cuerpos consumidos
Por las aguas cayendo  a los deshechos de lo que fui.

Soy palomo  del consumo
Picoteando pedazos del bosque invisible.
Soy palomo  del consumo
Picoteando  restos de la muerte que me habla
De exilio ahí  en el adjetivo de adonde muero.


MATILDE CASAZOLA


  

Los obscuros



La fruta estaba hecha
para que la gustáramos,
para olerla y gozar su lozanía;
pero nosotros no podíamos comprarla.

El sol estaba hecho
para amar nuestra piel,
estremecer la vida de todo nuestro cuerpo;
pero a nuestra guarida el sol no entraba.

El pan de cada día, en fin, estaba hecho
para hablarnos todas las mañanas
de campos fecundados;
pero sólo comíamos con mendrugos duros y agrios.

También había música y otras cosas dulces,
pero habitaban en el aire alto
y nosotros sólo captábamos sus ecos.

Nos debatíamos en la cueva obscura,
en el cuartucho húmedo
donde la única verdad es la Miseria.

Entonces, no aprendimos
el himno de alabanza,
y la sonrisa en nuestros labios
era una flor enferma.

Dicen que Dios hizo a los hombres iguales
y semejantes a él en armonía y en belleza,
¿cómo es entonces, que ahora
formemos este vértice inmundo
del que huyen todas las miradas
y contra el que se vuelven bruscamente las espaldas?

-Hablo por boca del que se arrastra
por húmedos rincones
de morada siniestra.
Dice que de él también era la tierra.-

¿Quién hurtóme el rojo clavel,
llamarada impetuosa;
quién bloqueó mis salidas
quién me esperaba
aún antes de pensar nacer
con la triste cadena?

No estuvo equilibrada en mi balanza
la desdicha, con la bienaventuranza.

Te regalo de antemano mis huesos,
para que hagas con ellos
trémulas flautas
que canten elegías
mientras a blanca mesa se sientan prósperas familias

y hay sol,
y hay pan,
hay fruta.

Pero llora, es verdad, en todo el aire
trémula flauta, su llanto innumerable.



MARISOL BOHÓRQUEZ GODOY




Ojos de gato



En mis sueños el reflejo de tus ojos
riñe con la luna…

Tus dilatadas pupilas
–luciérnagas que desafían la noche–
descubren los misterios ocultos;
como espejos de obsidiana,
invierten mi alma y revelan el camino.

Mi cuerpo en exilio interroga la ausencia…
¿Quién habitará mi sombra?


De: La soledad de los espejos


ALEJANDRA MORENA MORAES

  


Veinte



nada se ha extinto sobre mi piel
tu aroma tibio
tinta y esencia primaria
revienta en mi pecho
danzando un compás en el centro
te miro por dentro
el ritual atraviesa el umbral
y todo el contorno se agrieta


LILIAN SILVA




Juego



SIENTO que no estoy destinada
al mundo oculto de los retratistas,
he apagado las lámparas
para observar con minucia
como el ratón mueve la cola
al ser alcanzado por la trampa.