viernes, 10 de enero de 2025


 

LUZ MARY GIRALDO

 


  


Té para dos

 



Al lado

y no alado

el pájaro traza una línea en el pocillo

y se detiene al color de la luz.

Avanza hacia la flor

quieta

en la boca.

 

La taza palpita entre las manos

y calienta el fondo de los ojos.

El borde de los labios amados

dibuja media mariposa

sale un enjambre del panal

y endulza la tarde.

 

Sobre la mesa el mantel de nubes

y la cesta de pan.

La campana tintinea a la hora del te

y la vajilla pinta la geografía del momento.

Humea la tetera azul sobre blanco

sigue el vuelo desalado

rompe el viento

y abre un espacio sobre las cinco de la tarde.

 

Sorbo a sorbo calentamos la soledad y los abrazos

bebemos hasta el fondo el instante color miel

y la vida pasa entre los dos

tiempo sin alas.

 

Se apaga el último compás

De Te para dos.

Nada queda en el fondo de la taza

no está la mariposa

sólo el pájaro azul que dibuja

la felicidad derramada.

 

RENÉ MORALES

 

 


 

El alimento de los ángeles

 



Regresaban a sus casas

oliendo a alcohol y a marica

la enfermedad aparecía después

 

Nadie lo notaba

la fruta comenzaba a pudrirse desde dentro

la raíz se secaba, pero las ramas seguían intactas

 

Vivian con la confianza

como esas palomas ciegas por la sarna

que despegan del suelo con la seguridad de la luz

 

                                                     Solo restaba tiempo

                                                     para que ese ácido llamado Dios

lo destruyera todo

 

 

 

STEFHANY ROJAS WAGNER

 

  


 

El rock de los pobres

 



Nosotros los pobres

caminamos con los pies desnudos

sobre el pavimento caliente del futuro.

Descubrimos el rostro a la aurora

y nos escupen las palomas.

Naufragamos en nosotros mismos.

Tenemos el bolsillo roto,

el pan duro del desespero,

el brote de ruda en la billetera.

Nosotros los pobres

bailamos la pólvora de diciembre

embutidos en ropa de segunda mano.

De niños nos sacan los piojos

sobre un pañuelo,

nos aplastan el cabello con saliva

y nos echan café en las heridas.

Somos los desposeídos de sentido común,

los amputados de fantasía,

los que se limpian la nariz con los dedos.

Nosotros los pobres

incomodamos la vista, olemos raro

y viajamos apretujados en los buses.

No sabemos qué es el Banco Mundial,

pero bebemos de su agua putrefacta.

Nuestras manos atrapan la luz del firmamento,

estamos desesperados por vivir,

sacamos nuestro ataúd

del hocico de la locura.

Lo sabemos, el contrato se rompió

y el delirio se rompió.

Este nombre no nos pertenece,

este cuerpo está vacante.

Nosotros los pobres

caminamos con los pies desnudos.

Nadie se detiene y nos lleva a casa.

Rompemos la guitarra contra el concreto.

Somos esta deliciosa música.

 

 

 

 

MARIALUZ ALBUJA BAYAS

 

 

 

 

Elogio de mi peorversión

 



Esta que pide que la Tierra pare en seco

que el Sol reviente en supernova

y que el imbécil que la intercambió por otra

se atragante con la espina de una trucha

 

esta que quiere envenenar a las palomas

soy

la peorversión de mis versiones

única forma de salvar lo que se pueda

aunque después nadie me invite a su banquete

porque escupí en la perfección del día.

 

Tal vez por eso se inflamó mi lengua.

Tal vez por eso se inflamaron mis rodillas.

Tal vez por eso se inflamó mi corazón

 

y las palabras se me fueron al vacío

despedazadas y concisas

lejos de toda poesía en las entrañas.

 

Tal vez por eso aquí me ves

frente al espejo

torturando mis amígdalas

desmenuzándome los senos

siendo raíz bajo el pantano

tramo de cuerpo que se abisma en la punzada.

 

Tienes razón, no meditaba ni dormía.

Estaba rota, tragada por el terror

deseosa de ponerte la moneda bajo la lengua

para dejar que al fin se vayan las versiones que hemos sido

nuestra fugaz capacidad de perdurar.

 

Tal vez por eso te lanzaste desde el puente

tal vez por eso se quebró tu cavidad de nido

y aquí me ves, luego de tantas madrugadas

también deseosa de saltar.

Ya casi lista.

 

  

De: “Doble filo”

 

ENRIQUE SOLINAS

 

 


 

Nuit brisé

 



Instante de luz

y ningún otro

el que me lleva

una y otra vez

al dolor

de las palabras.

 

Cuando cae

la noche

y su tristeza;

 

cuando cae

la tristeza

también.

 

Cuando

a la preciosa

muerte

yo la acuno

 

y le doy,

le doy,

le doy

 

de comer de mi mano

 

 

NATALIA AZAROVA

 

  

 

minimalismo I

 

 


los poetas que empiezan por una a

son los primeros en morir

 

antschel se convirtió en celan

no le funcionó

 


Versión de Sandra Santana