sábado, 17 de noviembre de 2018


JOSÉ CADALSO





Mientras vivió la dulce prenda mía



Mientras vivió la dulce prenda mía,
Amor, sonoros versos me inspiraste;
obedecí la ley que me dictaste
y sus fuerzas me dio la poesía.

Mas, ¡ay!, que desde aquel aciago día
que me privó del bien que tú admiraste,
al punto sin imperio en mí te hallaste
y hallé falta de ardor a mi Talía.

Pues no borra su ley la Parca dura
-a quien el mismo Jove no resiste-
olvido el Pindo y dejo la hermosura.

Y tú también de tu ambición desiste
y junto a Filis tengan sepultura
tu flecha inútil y mi lira triste.


TOMÁS HARRIS





Los sentidos de la épica



Me he propuesto la difícil empresa
De enamorar por el resto de su vida a una sola mujer:
Como esos hombres de barbas rojas que perseguían
Por el resto de su vida la inconmensurable distancia,
Y la teñían de mar,
De cielos explotando,
De crepúsculos bordeando con la Nada y,
Al final,
Regresaban al punto de partida y el único
Sabor en sus bocas, además de la adorable sal,
Era la amargura de la certeza de que la tierra
Era una redonda y húmeda esfera:


Pero yo me he propuesto la difícil empresa de
Enamorar por el esto de su vida a una sola mujer:
Tengo muchos aspectos en mi contra:
Los primeros, los más comunes
El transcurso del tiempo, la decrepitud, el cansancio
De la mente y la sinopsis del gusano:
(El temblor de mis manos sobre su cuerpo sólo la
estremece)
El segundo, puede ser la vaga impresión
De desaliento al ver marchitarse las flores amarillas
Que tras un viaje por un océano de cipreses grises
Una vez le regalé:
También está la oscura tentación de descerrajar
Los cajones con llave que todos guardamos
En un recóndito ámbito: esos cajones con llave
Que tanto bien hacen al amor por su tranquilo misterio,
Que invariablemente compartimos, en silencio,
En la noche de insomnios y e la noche de sueños:
También está el deseo de partir nuevamente,
Que es consubstancial
a todo navegante
y yo soy un navegante:
También están mis manías, mis celos y mis insomnios,
Y ese gran amor a mí mismo que nunca me deja,
Ese atroz enemigo que gruñe, roe, escalda y se
Ríe a mis espaldas de mis muecas:
Ese atroz enemigo me recuerda en las noches,
Cuando subo a su cuerpo
El poema de Malcom de Chazal:


Cuídame de amarme demasiado
Volverías a ti mismo.
El amor es redondo.


Además está Ella Misma, como el mar tan
Amado por los navegantes, ese mar que en sus mareas
Lo podemos arribar, costa, o morir en él, altamar;
Pero también tengo algunas cosas a mi favor:
No sé si las menos o las más:
Fuera de las rosas amarillas y marchitas,
Mis insomnios, la compulsión de la partida,
Mis manías, el que sea un navegante, todo eso que ella
Ya adora y ama:
La certeza de que la única manera de enamorar
Por el resto de su vida
A una sola mujer
Es amando a una solo a mujer.


Eso, además de las rosas amarillas y marchitas,
De mis insomnios y la compulsión por la partida,
Dado que soy un navegante,
Y mis manos temblorosas y mis manías,
Y mi cojera,
Y la tentación de descerrajar sus cajones con lave
Y mis propios cajones con llave.


Pero también tengo a mi favor
El hecho de que cocino delicioso y que cuando la amo
La persigo por inconmensurables distancias y la tiño de
Mares y cielos explotando
De crepúsculos bordeando con la Nada, y,
Al final,
Regresamos al punto de partida
Y ahí el único sabor en i boca
Es la adorable sal de su boca:
Y sé que sí, que si regreso a mí mismo,
Que si el amor es redondo,
Al final de esta húmeda e inconmensurable esfera,
me aguarda ella, la mujer que me he propuesto amar
por el resto
de
mi
vida.


De “Crónicas Maravillosas”



AHMAD YAMANI




El grito



Mi hermana gritó en la noche:
¡Llevadme a casa de mi hermano!
Y allí gritó la misma noche:
¡No, no, devolvedme a casa de mi padre!
La devolvieron
y, cuando estuvo a punto de gritar de nuevo,
la noche ya había pasado
y los hombres fueron al trabajo.

Mi hermana gritó en la noche:
¡Llevadme a casa de mi padre!
La llevaron
y allí gritó:
¡No, no, devolvedme a casa de mi marido!
La devolvieron
y, cuando estuvo a punto de gritar de nuevo,
la noche ya había pasado
y los hombres fueron al trabajo.

Mi hermana hace años que no grita ya.
Simplemente, camina por la calle,
echa un vistazo a cada casa que ve
y sueña que está gritando en la noche
que se la lleven y la devuelvan,
en un recorrido sin principio ni fin.

Por este camino anduvo,
y vio un cadáver tirado en la cuneta
con un agujero en el pecho por el que la sangre se escapaba a borbotones.
Rápidamente,
hizo una pasta con saliva y polvo
y tapó el agujero.
El cadáver respiró
y se puso de pie en forma de esqueleto,
le dio un beso y regresó a su lugar.

Mi hermana gritó en la noche:
¡Llevadme al camino!
Gritó, y la noche se estaba yendo,
y los hombres van al trabajo.



PABLO ANTONIO CUADRA





El nacimiento del sol



He inventado mundos nuevos. He soñado
noches construidas con sustancias inefables.
He fabricado astros radiantes, estrellas sutiles
en la proximidad de unos ojos entrecerrados.
            Nunca sin embargo,
repetiré aquel primer día cuando nuestros padres
salieron con sus tribus de la húmeda selva
y miraron al oriente. Escucharon el rugido
del jaguar. El canto de los pájaros. Y vieron
levantarse un hombre cuya faz ardía.
Un mancebo de faz resplandeciente,
cuyas miradas luminosas secaban los pantanos.
Un joven alto y encendido cuyo rostro ardía.
Cuya faz iluminaba el mundo.


De: “El jaguar y la luna”

NATÁLIA CORREIA





La exaltación de la piel
Hoy quiero con la violencia de la dádiva prohibida.
Sin lirios y sin lagos
y sin el gesto vago
desprendido de la mano que un sueño agita.
La savia existe. Y el instinto. Existo yo
suspendida de mundos centelleantes por las venas
mitad  mujer y mitad mar como las sirenas.


De: “El sol de noche y la luna de día”


TRISTAN CORBIÈRE





Soneto a Sir Bob



Perro de mujer ligera, braco inglés pura sangre.
Hermoso perro, al verte besuquear a tu dueña,
A pesar mío gruño –¿por qué? – No sabes nada…
¡Ah! Es que yo –lo ves– no acaricio jamás,
No soy un perro hermoso, y… carezco de dueña.

–¡Bob! ¡Bob!– ¡Oh! ¡Nombre altivo hasta aullar de alegría!…
Si me llamase Bob… ¡Lo pronuncia tan bien!…
Mas no soy pura sangre. –Por falta de pericia,
Me han hecho también braco… cruzado de cristiano.

¡Oh Bob! Nos cambiaremos en la metempsicosis:
Toma tú mi soneto, yo cascabel y cinta;
Tú mi piel, yo tu pelo –con pulgas o sin ellas…

Y yo seré sir Bob –¡Su amor único y fiel!
Yo morderé a los gozques, ¡ella me morderá!
Y llevaré Su nombre grabado en el collar. 

                                              British Channel. -15 de mayo.