"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
domingo, 13 de agosto de 2017
AMALIA LATEANO
Lejano amor
Lejano
del amor por clara luna
En el aire, silencio, brisa en tiempo,
Recuerdos tan callados de entretiempo,
guardamos por secretos, y oportuna.
Destellada la noche en mi fortuna
de una mañana fría que a destiempo
En tus labios de mar fue pasatiempo
que besa con sus olas de moruna.
Gracias, mi amor secreto, solo encuentro
con el silente llanto. Eterna calma.
con la ilusión de dar mis embelesos.
Al sentir suave brisa me concentro.
Camino por las tardes que desalma,
las lluvias del invierno con su son.
En el aire, silencio, brisa en tiempo,
Recuerdos tan callados de entretiempo,
guardamos por secretos, y oportuna.
Destellada la noche en mi fortuna
de una mañana fría que a destiempo
En tus labios de mar fue pasatiempo
que besa con sus olas de moruna.
Gracias, mi amor secreto, solo encuentro
con el silente llanto. Eterna calma.
con la ilusión de dar mis embelesos.
Al sentir suave brisa me concentro.
Camino por las tardes que desalma,
las lluvias del invierno con su son.
GONZALO ROJAS
El fornicio
Te
besara en la punta de las pestañas y en los pezones,
te turbulentamente besara,
mi vergonzosa, en esos muslos
de individua blanca, tocara esos pies
para otro vuelo más aire que ese aire
felino de tu fragancia, te dijera española
mía, francesa mía, inglesa, ragazza,
nórdica boreal, espuma
de la diáspora del Génesis, ¿qué más
te dijera por dentro?
¿griega,
mi egipcia, romana
por el mármol?
¿fenicia,
cartaginesa, o loca, locamente andaluza
en el arco de morir
con todos los pétalos abiertos,
tensa
la cítara de Dios, en la danza
del fornicio?
Te oyera aullar,
te fuera mordiendo hasta las últimas
amapolas, mi posesa, te todavía
enloqueciera allí, en el frescor
ciego, te nadara
en la inmensidad
insaciable de la lascivia,
riera
frenético el frenesí con tus dientes, me
arrebatara el opio de tu piel hasta lo ebúrneo
de otra pureza, oyera cantar a las esferas
estallantes como Pitágoras,
te lamiera,
te olfateara como el león
a su leona,
parara el sol,
fálicamente mía,
¡te amara!
te turbulentamente besara,
mi vergonzosa, en esos muslos
de individua blanca, tocara esos pies
para otro vuelo más aire que ese aire
felino de tu fragancia, te dijera española
mía, francesa mía, inglesa, ragazza,
nórdica boreal, espuma
de la diáspora del Génesis, ¿qué más
te dijera por dentro?
¿griega,
mi egipcia, romana
por el mármol?
¿fenicia,
cartaginesa, o loca, locamente andaluza
en el arco de morir
con todos los pétalos abiertos,
tensa
la cítara de Dios, en la danza
del fornicio?
Te oyera aullar,
te fuera mordiendo hasta las últimas
amapolas, mi posesa, te todavía
enloqueciera allí, en el frescor
ciego, te nadara
en la inmensidad
insaciable de la lascivia,
riera
frenético el frenesí con tus dientes, me
arrebatara el opio de tu piel hasta lo ebúrneo
de otra pureza, oyera cantar a las esferas
estallantes como Pitágoras,
te lamiera,
te olfateara como el león
a su leona,
parara el sol,
fálicamente mía,
¡te amara!
MARTA MIRANDA
Naufragio
En la
oscuridad
abrazada al cuerpo de otro
como a un madero,
en medio del naufragio
navego la noche oscura
pero amanece
y lo que es tocado por la luz
se convierte en polvo
abrazada al cuerpo de otro
como a un madero,
en medio del naufragio
navego la noche oscura
pero amanece
y lo que es tocado por la luz
se convierte en polvo
Vuelvo
a la opacidad del día
sin ángel ni cuerpo
sin una palabra espero la noche
porque en ella
obro el milagro
amarte nuevamente
transformar la cama
en cielo puro
sin ángel ni cuerpo
sin una palabra espero la noche
porque en ella
obro el milagro
amarte nuevamente
transformar la cama
en cielo puro
ÓSCAR HAHN
Lee,
Señor mis versos defectuosos
que quisieran salir pero no salen:
ya ves que poco valen mis esfuerzos
y mis desdichas ay qué poco valen
Con tu ayuda saldrían universos
de palabras preñadas pero salen
débiles moribundos estos versos:
deja que el último suspiro exhalen
Ayúdame, Señor: que no zozobre
en la mitad de este terceto pobre
mira estas ruinas: palpa su estructura
dónales lo que tengas que donarles:
y la vida que yo no supe darles
dásela tú, Señor, con tu lectura.
De: "Estrellas fijas en un cielo blanco"
que quisieran salir pero no salen:
ya ves que poco valen mis esfuerzos
y mis desdichas ay qué poco valen
Con tu ayuda saldrían universos
de palabras preñadas pero salen
débiles moribundos estos versos:
deja que el último suspiro exhalen
Ayúdame, Señor: que no zozobre
en la mitad de este terceto pobre
mira estas ruinas: palpa su estructura
dónales lo que tengas que donarles:
y la vida que yo no supe darles
dásela tú, Señor, con tu lectura.
De: "Estrellas fijas en un cielo blanco"
ANA ROMANO
Tunante
¿Qué
sojuzga
narcótico?:
la
inobservancia
¿Qué
rebana
el
sopapo?:
un
eclipse
Y en el
resoplido
el
agravio
cala
¿En qué
otra cosa
que en
la clarividencia
el
imaginario
dormita?
Y es en
el trueque
donde
el bribón
cercena
¿Fusiona
el
desprestigio?
JOSE MANUEL ARCE
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