miércoles, 23 de julio de 2014

LUIS PALÉS MATOS



 

Guayamesa


  

Suave como los tallos del papiro,
Con una vaga irradiación de fresa
Es tu talle de egipcia, en el que admiro
Toda la majestad de una princesa.

El ensueño y el mar, en el zafiro
De tus ojos, se tiñen Guayamesa;
Y como turquesino es el suspiro,
En tus ojos se baña de turquesa.

Cabellera auroral y frente blanca
Donde el pudor alguna vez se estanca...
Cuando tu cabellera rizos llueve.

Al caer en tu frente ese tesoro,
Urde un desborde de flamante oro
Sobre un albino témpano de nieve.

 

 

NICO MARINA



 

Recuerdos

 


Recuerdo tu cabello semejante a las olas.
Y tus profundos ojos, de profundo mirar,
Con destellos de estrellas y cometas sin cola
Que reflejan sus penas en el inmenso mar.

Caminabas altiva, coqueta y juguetona,
Y todos se volteaban para verte pasar,
y tu te sonreías de manera burlona,
Pues solo tu sabías a quien querías mirar.

Jamás he de olvidar aquella niña hermosa,
Que jugaba a la vida y que solía soñar,
con ser una princesa en un reino de rosas.
Y que mira al recuerdo que le separa el mar...

 

 

FERNANDO TORREGROSA


  

Tus ojos verdes

 

Tus ojos me obsesionan como los de Herodías...
Ciego de exaltaciones y de lujurias ciego;
entre tus ojos verdes y mis melancolías
yo deshojo la rosa profunda de mi ruego...

Embriagado de anhelos y de fiebres impías,
en el mar voluptuoso de tus ojos me anego...
y siento que florecen las ansiedades mías
en la divina magia de tu amoroso fuego.

Bajo el velo fragante de tu pelo, quisiera
embriagar mis deseos con tu carne hechicera...
y agitarme en tus brazos sensuales y divinos...

Tú gritarás entonces como una musa loca,
y yo pondré mis labios sobre tu roja boca
para que se unifiquen tus mieles y mis vinos...

 

 

 

 

 

PEDRO LÓPEZ ADORNO



 

Amoroso ajedrez


 

Aunque muchos piensen que las piezas
no existen, este caprichoso ajedrez
vuelve a sus lechos.

Vuelven las aperturas. Su imán
peligroso. EI magín en que uno
es el peón iluso. Evade
cuanta trampa aparezca. Vence
contrincantes de peso en esa cima
en que todo se pierde.

Allí la esencia de la combinación
inolvidable. La inusitada escaramuza.
Los cuadros de una noche que no tenga
fin. Esquivar damas de humo
en tránsito al combate.

Como si fuese uno
entregándose a la contienda
al final del camino. Complicidad
de las capturas. Arrebato
cuerpo a cuerpo.

Todo feroz porque siempre es más
sutil el desengaño.

 

 

CARLOS NORIEGA


 
 

Soledad

 
 

Las antenas que tienen los poros
a flor de piel
se han roto oyendo el paso
de la soledad de las sombras.

Se han ido cayendo
internando sus cabezas
extrañamente enfermas.
Se han ido cayendo,
ahogando distancias despavoridas.

Yo siento el crujir de sus pasos
violentando sonidos
que se ausentan sollozando,
atrapando misterios que huyen,
escondiendo bocas rasgadas
por los gritos descuajados
de los mártires que sufren.

Yo siento sus ojos alargados
resbalando
sobre interminables planos
llenos de herrumbre,
como si fueran troncos cayendo
sobre surcos entreabiertos
que se escurren.
Yo siento los horizontes cargados
con lejanías que se espesan
en las mareadas gargantas
de los serafines ahogados.

Yo siento que se rompen
las vidrieras del silencio
para dar paso a la soledad,
a la soledad, rumiando sombras.

 

 

 

ROSARIO ESTHER RÍOS


 
 

Lanzada de ti...

 
 

Lanzada de ti
en cada presente de ausencia
mis dedos habitan
tu piel cabalgada de soles nacientes.
Se perfila el tiempo de la angustia ignota
y surgen
cascabeles en cancela
para danzar el eco.
Habito la noche
estrellada de tiempos
recurrencias lejanas
idas para siempre de mi piel y la nostalgia
envidian serenatas
cantan la palabra.
El invierno citado para enamorar el río
descuelga de mi voz
lazos y horizontes
y te atan ansioso al ruedo refulgente
de cada estrella apretada en