"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
domingo, 6 de noviembre de 2022
GUSTAVO ADOLFO GARCÉS
Visita
Un
pajarillo
en mi ventana
rojo
como brasa
va a
la hierba
y regresa
le
presto toda
la atención
no
contesto
el teléfono
TINO VILLANUEVA
Cuento
del cronista
He
dicho,
por ejemplo: umbral, memoria, cerrazón,
zonas de orfandad, silencio, respirar.
El secreto, sin embargo,
está en habitar otras palabras,
en verlo todo a un tiempo y me desvelo.
Vigila
por mí, Tlacuilo venerable,
ayúdame a ser fiel a mi linaje, las fechas
castigadas por el sol y lavadas por la sombra.
Bendíceme, dile a tus dioses que oren por mí.
Prefiero no olvidar
la sucesión de sueños rotos, pues sería
igual que querer quemar la historia.
Instrúyeme, escribano y dibujante,
dame luz y poderío a fin de rescatar
las ruinas de la patria y el orden natural
del tiempo derrumbado.
Dale a mis retables equilibrio,
la medida igual de los colores más constantes
para que ardan de verdad.
Tú
también, desflechado peregrino castellano,
Álvar Núnez Cabeza de Vaca, maldito explorador
de nombre imaginista,
enséñame a entender el alfabeto ahora
y por encima de estas huellas ofrecidas.
Enséñame a salvarme de aquéllos que con
mano airada separaron la esperanza germinal
de mi inicial suspiro e hicieron los días naufragar.
Casi-indígena bilingüe por la vertiente
de Texaztlán a la deriva, haz que las aguas
de un río que vadeaste batan mi memoria,
que mi tierra resuene letra a letra debajo
de mi puño, pues es severa y desesperadamente
preciso recitar estas costumbres.
Me
pongo a pensar y digo: Ayer is viejo
como un nombre que no deja de decir su historia.
Tlacuilo, Núñez Cabeza de Vaca,
conmigo estáis reconciliados oyendo
esta impaciencia, este diario acto de vivir.
Nota
"Cuento
del cronista": Los Tlacuilos eran escribanos aztecas que cumplían
la tarea de cronistas encargados de los códices. Texaztlán, neologismo
compuesto de Texas, estado en el sudoeste de los EUA, y Aztlán,
voz náhuatl que se refiere a la "tierra hacia el norte", o sea el
territorio mítico de los aztecas supuestamente ubicado en el sudoeste de la
Unión norteamericana. Según Rémi Siméon, Aztlán es el "lugar
ocupado por los aztecas en sus orígenes, cuyo emplazamiento, objeto de
numerosas búsquedas, sigue ignorado. Generalmente se le localiza al norte del
golfo de California" (Diccionario de la lengua náhuatl o mexicana. París:
Imprimérie Nationale, 1885, edición Siglo Veintiuno, México, 1981, p. 51).
ETHEL KRAUZE
54
Tú
nos colocaste a la deriva,
en
el quicio de una puerta
que
no se abre,
en
la punta de un cerro que no tiene divisadero,
más
que la profundidad.
Tú
nos diste una mirada
que
no ve nada,
porque
no sabemos tu nombre,
sólo
nadamos
en
las riberas del espanto.
Nómbrate,
no
alteraremos un átomo
de
tu milagro.
De:
“Un nombre con olor a almizcle y a gardenias”
ENRIQUE MOYA
Por accidente y por destino
I
Por accidente y por destino se conocieron mis padres
Accidente sobre todo para mi madre, como diría ella después
de ese encuentro con mi padre en un café de Berlín
Mi
padre, como buen alemán, no creía en accidentes
sino en destinos
Su destino, según él, era encontrarse con mi madre
Una
noche de Viena de hace setenta años
mi madre tuvo otro accidente
Esa misma noche y en la misma ciudad
mi padre tuvo otro destino
Me
trajeron al mundo
Para
mi madre fui una noche accidentada
Para mi padre, la claridad de su destino
Frente a tal dilema cada quien parecía razonar
con los mejores argumentos
II
Cuando
nací, innegable como el sol
no hubo mayores desacuerdos
Pero me pusieron dos nombres
El primero elocuente para que no me dejara amilanar por la vida
el segundo poético para que me fuera bien en el amor
El segundo fue el que más usé, en homenaje a mi madre
En cuanto al primero, la “Segunda Guerra”
hizo buenas migas con él
Al
crecer, tampoco hubo disensos apreciables
Pero no fui lo que quería mi padre que fuera
ni culminé la carrera con la cual mi madre había soñado
Estas discordias familiares
me hicieron luego un profesional inteligente
III
Ya
grande, y fallecidos ambos
quise evitar los probables accidentes de mi madre
y obviar, en lo posible, los destinos heredados de mi padre
En
ambos casos, tuve un destino accidentado
Por
ello, heme aquí
en la ciudad donde vi la primera luz, Viena
narrando un poema que podría ser
el de cualquier otro que, como yo
haya nacido mitad accidente, mitad destino
De:
“Café Kafka”
ALDA MERINI
Los
poetas trabajan de noche
Los poetas trabajan de noche
cuando el tiempo no les urge,
cuando se calla el ruido de la multitud
y termina el linchamiento de las horas.
Los
poetas trabajan en la oscuridad
como halcones nocturnos o ruiseñores
de canto dulcísimo
Y TEMEN OFENDER A DIOS.
Pero
los poetas, en su silencio,
hacen mucho más ruido
aaaaaaaque una dorada cúpula de estrellas.
JHANAYRA MANZANO
Algo
de hambre
Necesito
la libertad
de la mañana
la luz de las palabras
los
brillos arrebatados
indecentes
que nada les importa más
que devorar el cielo
De:
“Infancia, amor mío”
