martes, 18 de febrero de 2020


ALFONSO CORTÉS





Eva



Adán sintiéndose ardiendo en deseos distintos
a todos los deseos que colmaban su infancia,
su ser se bañó en la onda de una extraña fragancia
y lanzó —ansiosa y trémula— una mirada nueva,
al ver tras la cortina de los árboles a Eva.

La madre de los hombres, virgen y soñadora
ya sentía en su ser la fuerza misteriosa,
y mientras contemplaba su cuerpo en una fuente,
escuchó entre sonrisa la voz de la serpiente;
la serpiente hablaba, irónica y lasciva,
y en tanto las palomas, arrullándose arriba,
constelaban de cantos el cielo de la fronda.

Eva sintió que su cuerpo se estremecía en la onda
y sintió un calofrío, que gracia de amor es,
cuando fue la serpiente a lamerle los pies,

entonces por la senda florecida de lirios,
se alejó meditando en sus vagos delirios,
y, como quien contesta a un íntimo reclamo,
mientras se iba alejando iba diciendo: Amo…
y Adán que la espiaba, se fue tras de sus huellas,
mientras el cielo abría sus primeras estrellas.

Cuando estuvieron juntos, ella quiso, inocente,
contar lo que dijo la voz de la serpiente,
que es la sagrada chispa que diviniza el lodo,
pero Adán dulcemente contestó: lo sé todo…
la tomó entre sus brazos y se perdió en el viento.

¡Sobre el Edén bajaba el crepúsculo lento!


GUSTAVO ADOLFO VILLALPANDO






Pon de pie la palabra y el olvido,
porque el tiempo es  el eco de la ausencia,
de las luces que fijan la distancia,
sobre el pretil del cielo prorrumpido.

Como al paso la sangre que perdura,
la letra que llegando se diluye,
permanece al morir en lo que fluye,

muy tarde y al final con amargura
en el horror de ser sin ataduras,
serás artífice que se destruye.



IBN ZAYDUN





¿Cómo puede el tiempo hacerme sentir la desolación?



¿Cómo puede el tiempo hacerme sentir la desolación
cuando tú eres mi compañía,
y hacerme el día tan oscuro
cuando tú eres mi sol,
y plantar en tu amor mis deseos,
pero recoger la muerte entre los frutos
de mi siembra?
Has pagado con la traición mi lealtad
y has malbaratado mi amor injustamente.
Si el destino se sometiera a mi razón,
te rescataría de sus contradicciones al precio
de mi ser. 


SARA DE IBAÑEZ





Isotermia



Te supe un condenado otoño
al ras de las cortezas
en el sinuoso curso de meandros

Choque brutal de pupilas perplejas
vorágine apretando estupro con el cielo
acunándonos el vértigo Iniciados babilonios

te supe a media voz Con un deseo mágico
rozándonos tobillos los secretos más
profundos del pecado

Sabía que existías
que te extendías grave en severos firmamentos
que conjugabas hechizos y serpientes

Que mecías tu cuerpo entre sombras ajenas y neblina
que tu gula era salvaje
que te enviaba Belili el infernal

Me convenció tu juego irreverente
tu descarnada afrenta Tu azul arcano
tu ser de sorpresiva ráfaga encantador heraldo

Y pregunté mil cosas esa noche
Era otoño Contestabas de perfil
repasando obrajes de tu lengua por mis labios

Desbaratamos trágicas hipótesis empanadas ordalías
amable triunfó la rosa de los vientos
y mi mano fue a tu mano

Sentimos nos unía la línea el tiempo el color
Robando el paraíso lo trepamos entre estelas jeroglíficas
colmamos tabernáculos de Ishtar con corderos y un buey blanco

Ondulando recíprocos por una ciencia infusa
por una rara geometría acortando distancias de mortales
ufanos entre sables curvos propicia luna vino en cráteras

Tu calor era regresando del exilio
Incontenidas pasiones estallaban las arterias
Isotérmicos derruimos prologales muros del temor o la vergüenza

Aquella noche la primera Era otoño
Estación para gente de «savoir vivre» de «savoir faire»
Nosotros

Aquella vez se perdieron tus ojos en los míos
y yo sin detener el alma
logré despedazar a tu tristeza

MARISA MARTÍNEZ PÉRSICO





Viaje en espiral



Arrodillada bajo el lento proceder del clima inhóspito
deslizo la mano susceptible

                                   un mundo nace detrás de una cortina

el sol se pone al horizonte,
el viento dobla cortaderas amarillas

                              tanto ir, volver, quedarse
                    en una escuela, un patio, la playa, un desayuno
                                  por probar la verdad de una semilla

Estoy amando tu contorno de cuerpo a mi costado.
Estoy pensando en decir que te conozco.
Estoy pensando para qué pensar si el viento sopla estéril.
Que salgan las estrellas de una vez,
abandonadas a la luz de sus hermanas.  
Tengo sueño.



PAOLA R. SENSEVE T





8



el territorio que fue el cuerpo de mi abuela
ha desaparecido

ya no tengo dónde tomar el té
con pan y mermelada
en la mesa mínima
espacio para dos de frente
mirada de amorosa meditación

ya no
dónde hundirme a contemplar
la sabana infinita de su piel magullada
un espejo mágico hacia el interior
de mis propios parajes


T  o d  o s   s a b e  m o s q  u e
a ciertos lugares
no se puede volver más.
N  u n  c a   m á s.


pero
qué especie de tragedia es esta
sin tristeza ni sorpresa
solo desorientación
de un grupo de personas que
no saben más
dónde tender la mesa
para tomar el té

ha desaparecido el territorio que era el cuerpo
de mi abuela
ha desaparecido un camino
un centro gravitacional
un cráter hueco negro pedazo de tierra que
atraía todo
hacia su profundo

o quizá el sol,
ha desaparecido el sol
que nos sostenía girando a su alrededor


Lo único certero ahora
es la resistencia.

Me rehúso a poner la mesa para el té
sobre tu cuerpo, mamá