"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
domingo, 7 de octubre de 2012
TOMÁS SEGOVIA
Algo
debe morir cuando algo nace...
Algo
debe morir cuando algo nace;
debe ser sofocado, y su sustancia
chupada para ser riego o lactancia
en que otro ser su urgencia satisface.
debe ser sofocado, y su sustancia
chupada para ser riego o lactancia
en que otro ser su urgencia satisface.
No
habrá otra hora pues en que te abrace
mientras muerdo en la cándida abundancia
de tus dos pechos; no habrá ya otra instancia
en que tu cuerpo con mi cuerpo enlace;
mientras muerdo en la cándida abundancia
de tus dos pechos; no habrá ya otra instancia
en que tu cuerpo con mi cuerpo enlace;
no
penetraré más en la garganta
anfractuosa de tu sexo alpino.
Tú a otra luz amaneces; yo declino.
anfractuosa de tu sexo alpino.
Tú a otra luz amaneces; yo declino.
Mi
degollado ardor tu altar levanta,
mi reprimida hambre te alimenta,
y el yermo de mi lecho te cimenta.
mi reprimida hambre te alimenta,
y el yermo de mi lecho te cimenta.
RUBÉN BONIFAZ NUÑO
Alguna
vez te alcanzará el sonido...
Alguna
vez te alcanzará el sonido
de mi apagado nombre, y nuevamente
algo en tu ser me sentirá presente:
más no tu corazón; sólo tu oído.
de mi apagado nombre, y nuevamente
algo en tu ser me sentirá presente:
más no tu corazón; sólo tu oído.
Una
pausa en la música sin ruido
de tu luz ignorada, inútilmente
ha de querer salvar mi afán doliente
de la amorosa cárcel de tu olvido.
de tu luz ignorada, inútilmente
ha de querer salvar mi afán doliente
de la amorosa cárcel de tu olvido.
Ningún
recuerdo quedará en tu vida
de lo que fuera breve semejanza
de tu sueño y mi nombre y la belleza.
de lo que fuera breve semejanza
de tu sueño y mi nombre y la belleza.
Porque
en tu amor no alentará la herida
sino la cicatriz, y tu esperanza
no querrá saber más de mi tristeza.
sino la cicatriz, y tu esperanza
no querrá saber más de mi tristeza.
HOMERO ARIDJIS
Mi
mujer en primavera
Mi
mujer en primavera
lleva
el rostro dorado entre los hombres
la
intimidad de su lluvia
es tan alta en la luz como en la sombra
es tan alta en la luz como en la sombra
por
el campo desciende
ébano púrpura y ciudades
ébano púrpura y ciudades
sus
ojos pacíficos de aldeana
siegan las horas luminosas
siegan las horas luminosas
el
polvo de sus manos
se deshace con soles tendidos en la hierba
se deshace con soles tendidos en la hierba
los
cuerpos del amor
han llenado de nombres su camino
han llenado de nombres su camino
LUZMARÍA JIMÉNEZ FARO
En
un salón de La Habana
Hay
mujeres que empapadas en ron
hacen memoria de las cosas perdidas.
La lumbre de sus cuerpos,
el tibio don donde la fruta canta
y se desborda el júbilo,
es un manjar del trópico
para bocas de ortiga.
Mujeres dulces de trago desmedido.
Mujeres de voz clara y de resaca.
Color mulato de música habitado
y caderas ciñéndose al sonido.
Vosotras,
puro habano: humo que exhala
la Caridad del Cobre
os entregáis a Yemayá Olokun
para que nunca os falte
el pan de cada día.
Vosotras,
luz del Caribe, flor de la guayaba,
jineteras de luna sin pecado.
Aquí dejo memoria de vosotras.
hacen memoria de las cosas perdidas.
La lumbre de sus cuerpos,
el tibio don donde la fruta canta
y se desborda el júbilo,
es un manjar del trópico
para bocas de ortiga.
Mujeres dulces de trago desmedido.
Mujeres de voz clara y de resaca.
Color mulato de música habitado
y caderas ciñéndose al sonido.
Vosotras,
puro habano: humo que exhala
la Caridad del Cobre
os entregáis a Yemayá Olokun
para que nunca os falte
el pan de cada día.
Vosotras,
luz del Caribe, flor de la guayaba,
jineteras de luna sin pecado.
Aquí dejo memoria de vosotras.
De "Mujer sin
alcuza" 2005
GIOCONDA BELLI
Amor
de frutas
Déjame
que esparza
manzanas en tu sexo
néctares de mango
carne de fresas;
manzanas en tu sexo
néctares de mango
carne de fresas;
Tu
cuerpo son todas las frutas.
Te
abrazo y corren las mandarinas;
te beso y todas las uvas sueltan
el vino oculto de su corazón
sobre mi boca.
Mi lengua siente en tus brazos
el zumo dulce de las naranjas
y en tus piernas el promegranate
esconde sus semillas incitantes.
te beso y todas las uvas sueltan
el vino oculto de su corazón
sobre mi boca.
Mi lengua siente en tus brazos
el zumo dulce de las naranjas
y en tus piernas el promegranate
esconde sus semillas incitantes.
Déjame
que coseche los frutos de agua
que sudan en tus poros:
que sudan en tus poros:
Mi
hombre de limones y duraznos,
dame a beber fuentes de melocotones y bananos
racimos de cerezas.
dame a beber fuentes de melocotones y bananos
racimos de cerezas.
Tu
cuerpo es el paraíso perdido
del que nunca jamás ningún Dios
podrá expulsarme.
del que nunca jamás ningún Dios
podrá expulsarme.
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