domingo, 14 de junio de 2015

CÉSAR SIMÓN


 

Lo que nos diste


Avena diste, nubes.
Diste el silencio de la tierra,
la densa pulsación de un vino
que lamía la carne. Diste el ocre
ribazo que alimenta
esas brozas.

Sabíamos de las piedras
-de noche allí se posan los mochuelos-,
las diferentes copas y los modos
de estar, de ser ásperos, duros,
el olivo, el almendro, el algarrobo.

Para nosotros era el tiempo raudo,
más difícil la llama de la sangre;
pues yo creía ver
en el tostado rosa de la piel
los puntos
de arena aún,
la sal ya seca en finos
encajes, en el pelo aún mojado
de aquella agua del mar que en él olía;
yo allí creía ver algo más hondo
que un fácil cuerno de abundancia.

Oh ribazo clemente, entonces vino
tu cuerpo, vino tu sustancia,
tu hondura, tu volteo
en la luz, en las nubes y la broza.
Vino entonces el acto de las ropas,
tosco, el tanteo de los frutos
que a las manos prendían en sus cepos.
Y nosotros sabíamos, no obstante.
que estábamos perdidos,
hundidos en la tibia madriguera,
en el vergel viscoso de un instante.

Allí, prietos, como un canto rodado
en el lecho del río; allí, entregados,
mas sin perder la aguja que te punza
la frente. Y, por eso mismo,
serios, humanos, con la vida cierta,
verdadera, en sus límites tenaces.
Aquí había de ser la salvación
o no sería nunca.

No, no lo sería.
Así había que ser, amargos
como el baladre en medio de la rambla;
ásperos, duros, como la carrasca;
simples, intensos, sin quererlo ser ,
como el tomillo; sabedores mudos,
como la roca, como el cielo raso,
que allí están y allí insisten, y allí esperan.


 

De "Pedregal"

 

ENRIQUE GONZÁLEZ MARTÍNEZ




Llama eterna

 

¿Qué brilla en tu mirar que el alma enciende
en la célica luz de un sol perdido?
¿Por qué en tu voz de tórtola mi oído
todo lo capta y todo lo comprende?

¿Qué místico mensaje se desprende
de tu silencio al corazón herido?
¿Qué efluvio de un instante ya vivido
en tu ritmo de gracia me sorprende?

Ausentes fuimos, pero nunca extraños.
Yo te debí de amar hace mil años
y agobiarte de idénticas preguntas.

Ayer perdida y recobrada ahora,
tras nueva ausencia y en lejana aurora
han de besarse nuestras almas juntas.

 

LUIS IZQUIERDO




Mount Adams
                                                               A nous deux


Te contemplo y te sé sobre este río
lento del tiempo y los atardeceres
caudales del espacio compartido.
Y estoy mirando lo que ven tus ojos
azules ante el tiempo,
constantes en el aire luminoso.
Pulsamos la confianza
de impulsar con sus nombres otros rumbos
en devenir de instantes
sumidos en futuros ignorados.

Y en nuestra panorámica
nacemos a la suerte
cruzada del placer entre tareas,
dudas y alarmas.
                                    Grávidos
retornan con su ritmo los momentos
en vilo del pasado.
El mundo es un compás
de instantes en nosotros sin medida,
con mi cuerpo en el tuyo
desde el fervor presente enajenado.
La luz decae, pero no atardece
nunca en Mount Adams.
Fluyen las aguas y no cesa
nuestra mirada en ellas, transparente
mientras el aire es nuestro todavía.


 
De "Señales de nieve" y "Travesías del ausente"

 

 

 

CARMELINA SOTO


 

Imágenes del amor

 

Yo te amo....
Yo te amo y lo digo así sencillamente
como si ya el recuerdo transitara tus años.
Como si ya mis ojos lloraran por tu ausencia
y como si tus besos ya supieran mis labios.

Yo te amo...
Yo te amo con crueles tiburones de sangre
entre cristales duros vigilando tu cuerpo.
Yo te amo en los arroyos calientes de mi vida
y en mis poemas trémulos.

Yo te amo...
Yo te amo con violetas espirales azules
en donde hay mariposas de amor en cautiverio.
En la frontera exacta que la caricia asume,
en el preciso límite donde el gemido es beso.

Yo te amo...
Yo te amo con un suave sabor a miel anclada
en donde hay golondrinas clausurando recuerdos.

En donde sabe el aire a atmósferas de frutos,
donde las manos corren caminos del deseo...

Yo te amo...
Yo te amo por mil voces de venas enemigas.
Por el grito lejano de mi sangre en el tiempo.
Por la ardorosa llama que se esconde en la nieve.
Por las hondas palabras que están en mi silencio.

Yo te amo...
Yo te amo por la rosa que guarda en sí la espina.
Por la muerte que apaga con sus ojos mi sueño.
Por las rebeldes lianas que las voces me anudan.
Por mi carne entusiasta, por mi vida y mis nervios.

Yo te amo...
Sufriendo...
 

 

CRISTINA MAYA




Presencia

 

Todo lo llena tu presencia:
lo distante y lo próximo,
lo pequeño y lo grande,
el delicado nudo de los sueños.
El mundo es una larga huella tuya
y yo piso la tierra
desterrando el olvido.

 

 

 

IDEA VILARIÑO

 


Desnudez total

 
 
Ya en desnudez total
extraña ausencia
de procesos y fórmulas y métodos
flor a flor,
ser a ser,
aún con ciencia
y un caer en silencio y sin objeto.

La angustia ha devenido
apenas un sabor,
el dolor ya no cabe,
la tristeza no alcanza.

Una forma durando sin sentido,
un color,
un estar por estar
y una espera insensata.

Ya en desnudez total
sabiduría
definitiva, única y helada.

Luz a luz
ser a ser,
casi en amiba,
forma, sed, duración,
luz rechazada.