"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
lunes, 1 de octubre de 2012
HOMERO ARIDJIS
Es
tu nombre y es también octubre...
Es
tu nombre y es también octubre
es el diván y tus ungüentos
es ella tú la joven de las turbaciones
y son las palomas en vuelos secretos
y el último escalón de la torre
y es la amada acechando el amor en ante muros
y es lo dable en cada movimiento y los objetos
y son los pabellones
y el no estar del todo en una acción
y es el Cantar de los Cantares
y es el amor que te ama
y es un resumen de vigilia
de vigilancia sola al borde de la noche
al borde del soñador y los insomnios
y también es abril y noviembre
y los disturbios interiores de agosto
y es tu desnudez
que absorbe la luz de los espejos
y es tu capacidad de trigo
de hacerte mirar en las cosas
y eres tú y soy yo
y es un caminarte en círculo
dar a tus hechos dimensión de arco
y a solas con tu impulso decirte la palabra.
es el diván y tus ungüentos
es ella tú la joven de las turbaciones
y son las palomas en vuelos secretos
y el último escalón de la torre
y es la amada acechando el amor en ante muros
y es lo dable en cada movimiento y los objetos
y son los pabellones
y el no estar del todo en una acción
y es el Cantar de los Cantares
y es el amor que te ama
y es un resumen de vigilia
de vigilancia sola al borde de la noche
al borde del soñador y los insomnios
y también es abril y noviembre
y los disturbios interiores de agosto
y es tu desnudez
que absorbe la luz de los espejos
y es tu capacidad de trigo
de hacerte mirar en las cosas
y eres tú y soy yo
y es un caminarte en círculo
dar a tus hechos dimensión de arco
y a solas con tu impulso decirte la palabra.
XAVIER VILLAURRUTIA
Poesía
Eres
la compañía con quien hablo
de
pronto, a solas.
Te
forman las palabras
que
salen del silencio
y
del tanque de sueño en que me ahogo
libre
hasta despertar.
Tu
mano metálica
endurece
la prisa de mi mano
y
conduce la pluma
que
traza en el papel su litoral.
Tu
voz, hoz de eco,
es
el rebote de mi voz en el muro,
y
en tu piel de espejo
me
estoy mirando mirarme por mil Argos,
por
mí largos segundos.
Pero
el menor ruido te ahuyenta
y
te veo salir
por
la puerta del libro
o
por el atlas del techo,
por
el tablero del piso,
o
la página del espejo,
y
me dejas
sin
más pulso ni voz y sin más cara,
sin
máscara como un hombre desnudo
en
medio de una calle de miradas
ENRIQUE BANCHS
Tornasolando
el flanco...
Tornasolando
el flanco a su sinuoso
paso va el tigre suave como un verso
y la ferocidad pule cual terso
topacio el ojo seco y vigoroso.
paso va el tigre suave como un verso
y la ferocidad pule cual terso
topacio el ojo seco y vigoroso.
Y
despereza el músculo alevoso
de los ijares, lánguido y perverso
y se recuesta lento en el disperso
otoño de las hojas. El reposo...
de los ijares, lánguido y perverso
y se recuesta lento en el disperso
otoño de las hojas. El reposo...
El
reposo en la selva silenciosa.
La testa chata entre las garras finas
y el ojo fijo, impávido custodio.
La testa chata entre las garras finas
y el ojo fijo, impávido custodio.
cola el haz de las férulas vecinas,
en reprimido acecho...así es mi odio.
JOSÉ ANGEL BUESA
Canción
cotidiana
Tu
amor llegó calladamente;
calladamente
se me fue...
Porque
el amor es una fuente
que
se nos seca de repente,
sin
saber cómo ni por qué.
Amor
de un beso que se olvida
y
de un suspiro que se va;
amor
de paso en nuestra vida,
pues
se le da la bienvenida
cuando
tal vez se aleja ya.
Así
tu amor fue como el mío,
mujer
de un claro atardecer:
amor
que pasa como un río,
sin
estancarse en el hastío
ni
repetirse en el placer.
Amor
feliz que da sin tasa,
pues
sólo pide, a cambio, amor;
amor
que deja, cuando pasa,
no
la ceniza de una brasa,
sino
el perfume de una flor.
Amor
que al irse no está ausente;
amor
sin dudas y sin fe,
como
este amor intrascendente,
que,
si llegó calladamente,
calladamente
se fue...
MAYLÉN DOMÍNGUEZ MONDEJA
La
tarde simple
Mientras
contemplas el mar con inocencia,
la tarde simple…
me entretengo en hallar un silogismo.
la tarde simple…
me entretengo en hallar un silogismo.
Ya
he visto mucho esas aguas
—te digo.
—te digo.
Hace
diez años
amaba esta ciudad que ahora me aturde.
amaba esta ciudad que ahora me aturde.
Mucho
he mirado ese mar irrepetible,
cuánta esperanza dejé sobre los muros,
para después añorar,
país adentro,
pues la ciudad era intensa
y deseable.
¿Comprendes la incertidumbre que doy?
Mi ambigüedad
hoy nada tiene que ver con lo perdido.
cuánta esperanza dejé sobre los muros,
para después añorar,
país adentro,
pues la ciudad era intensa
y deseable.
¿Comprendes la incertidumbre que doy?
Mi ambigüedad
hoy nada tiene que ver con lo perdido.
De
haber buscado verdades más sencillas
entendería,
agradeciendo esta hora humanamente,
que una ternura
puede alegrarlo todo.
Así de simple.
entendería,
agradeciendo esta hora humanamente,
que una ternura
puede alegrarlo todo.
Así de simple.
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