jueves, 6 de abril de 2017


ÁNGELA GENTILE




Poema I                     

Un anciano que muere es una
biblioteca que se quema.



Óyeme andar,
cree en los nombres que hilvano.
Te diré que llueve en la tierra
y sabrás que hay geografías de hambre.
Exilia de mí las voces de tus pájaros,
los vencejos del día,
la ausencia que fundó mi calendario.
Porque transité tus párpados
en busca del viento de tu astrología,
de oír tu voz arribar con el sudeste,
y el agua de tus vértebras
subir y multiplicarme.


De: Escenografías.                  


JOAN MARAGALL



  
Miércoles de ceniza



¡Miércoles de Ceniza, oh tú que extiendes
tus nubes rosadas
sobre la ciudad de mis pensamientos,
igual que en la otra de calles pobladas!
Es en ésta que algún sonriente rayo
del sol de febrero
deja la alegría.
También sonríen mis nubes, cruzadas
por un chorro de poesía.
Es como una vuelta eterna al principio,
es la juventud siempre renovada.
De la neblina del mucho pensar
surge una palabra
toda iluminada
con un sentido nuevo: la niebla se deshace,
y el pensamiento toma otra vez fuerza;
un día, esta palabra te tendrá
a ti; también a ti, al verla impresa;
y también a tus ojos atónitos brillará
en ese instante, como recién creada.
Seré yo quien entraré traidoramente
en tu casa, cuando menos lo pienses,
y aguardaré allí, en la penumbra
durante días,
hasta que al verte solo
en tu alcoba, recluido en la tristeza,
sobre ti caeré cual chorro de sol
con mi perenne grito juvenil.
Me meteré en tus ojos, hasta tu corazón.
Mi brillante puñal hasta la entraña
te penetrará, dándote la vida con la muerte.


Versión de José Batlló


CARLOS BOUSOÑO




Camino



Aquí estás, camino de siempre,
hacia adelante, rota
la aspiración rosada, luna
que empalidece toda cosa.
Aquí estás y debes andar,
caminar como el agua absorta
por el torcido cauce, altos
los muros rojos, y a deshora.
Como el agua inmóvil transcurres
hacia un lejos, playa remota,
ya confusas historia y pena,
lejana la pena, la historia…



WILLIAM OSPINA




El geólogo



Aquí hubo un mar hace un millón de años.
El hombre no lo sabe, más la piedra se acuerda.
Pártela: hay un cangrejo en sus entrañas,
Todo de piedra ya, forma magnífica
Que se negó a ser polvo.
Ante el peñasco y el guijarro, piensa
Que acaso fueron seres dolorosos,
Sangre y pulmones palpitantes.
Entre la ciega roca
Y el trémolo extasiado de la salamandra
Tan sólo hay tiempo.



ANTONIA TALETI





Húmeda
pegada a las baldosas
de la vereda, la hojita
aferrada al instante se ofrecía
humilde y sabia.
En el umbral, estremecida
yo esperaba.


De: Río de paso


WILLIAM WORDSWORTH




Las dos sepulturas



Tal como en una soleada hondura
se oculta, defendido de los vientos de Marzo,
un tierno cordero
resguardado por su familia,
igualmente ese montoncito de tierra
se halla al amparo de otro muy próximo,
el pequeño montículo habla por sí mismo:
allí descansa un niño
protegido por un túmulo, tumba de su madre.


Versión de Jaime Valdivieso