"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 31 de enero de 2018
JUAN JOSÉ ARREOLA
Homero
Santos:
Los habitantes de Ficticia somos realistas. Aceptamos en principio que la
liebre es un gato.
De: Doxografias
CONCHA URQUIZA
Caminos
Oh dulce canto de viaje,
mi alegría y mi caudal,
más que en las velas el viento
más que el surco en el mar!
Por los senderillos negros
nubes cargadas de afán,
por los senderillos rojos
alardes de tempestad,
por las llanuras inmensas,
soledad...,
pero una canción de viaje
me llena de oro el morral.
Cuán largo camino largo
desde esta noche a la aurora!
mas un cantarcillo alegre
los labios sedientos moja:
"¡Qué amor y qué amores tengo
allá en fronteras remotas!
¿qué camino será largo
siendo camino de bodas?"
La luna viaja de incógnito
tras las nubes borrascosas;
y galopa el duro viento
con el girón de su antorcha;
en la soledad vibrante
se adelgaza cada nota,
y siguiendo la carrera
de la senda voladora,
como una cinta de onix
la noche se desenrolla.
Oh dulce canto de viaje,
mi alegría y mi caudal,
más que en las velas el viento
más que el surco en el mar!
Por los senderillos negros
nubes cargadas de afán,
por los senderillos rojos
alardes de tempestad,
por las llanuras inmensas,
soledad...,
pero una canción de viaje
me llena de oro el morral.
Cuán largo camino largo
desde esta noche a la aurora!
mas un cantarcillo alegre
los labios sedientos moja:
"¡Qué amor y qué amores tengo
allá en fronteras remotas!
¿qué camino será largo
siendo camino de bodas?"
La luna viaja de incógnito
tras las nubes borrascosas;
y galopa el duro viento
con el girón de su antorcha;
en la soledad vibrante
se adelgaza cada nota,
y siguiendo la carrera
de la senda voladora,
como una cinta de onix
la noche se desenrolla.
Negro
camino impaciente
cárcel que vuela hacia el mar;
hilillo de oro lo enfrena
la música de un cantar:
"¿qué camino será triste
que a tus labios dulces va?"
cárcel que vuela hacia el mar;
hilillo de oro lo enfrena
la música de un cantar:
"¿qué camino será triste
que a tus labios dulces va?"
Agosto, 1942
KO UN
Las escrituras del maestro
El
monje Ta Hui de la dinastía Sung
echó al fuego las escrituras de su maestro
Las memorias del farallón azul
Bien hecho
hizo bien
Sin embargo, las memorias permanecen
echó al fuego las escrituras de su maestro
Las memorias del farallón azul
Bien hecho
hizo bien
Sin embargo, las memorias permanecen
Versión de Joung Kwon Tae - Revisada por
Isabel R. Cachera
De: "108 poemas Zen"
MANUEL IRIS
Decir lo ajeno
Somos los hombres sin
nieve
nacidos entre tormentas caniculares,
con las casas abiertas de par en par
y las retinas contraídas
frente al motín incesante de los colores.
nacidos entre tormentas caniculares,
con las casas abiertas de par en par
y las retinas contraídas
frente al motín incesante de los colores.
Eugenio Montejo
I
No es
mía la blancura
que hay fuera de la página.
que hay fuera de la página.
Acostumbrado
al mar, no puedo comprender
ese cristal que vuelve al árbol reverente,
que torna delicada su genuflexión glaciar.
ese cristal que vuelve al árbol reverente,
que torna delicada su genuflexión glaciar.
El
suelo me encandila, y sin embargo
voy dejando huella
sobre un plano que observo
con ojos asombrados.
voy dejando huella
sobre un plano que observo
con ojos asombrados.
Hoy
mienten los caminos, finge su aliento
el agua detenida que va quedando aquí
sobre lo níveo que —parece— lo soporta todo
y en verdad, como cualquier belleza
todo absorbe y consume:
el agua detenida que va quedando aquí
sobre lo níveo que —parece— lo soporta todo
y en verdad, como cualquier belleza
todo absorbe y consume:
Hoy no
he podido doblegar a la blancura.
II
…ni
escribir la transparencia. Mis herramientas
no han podido comprender el árbol de cristal, su sombra que es de luz
ni su capacidad de sepultarme en hermosura, de lapidarme
en su fragilidad.
no han podido comprender el árbol de cristal, su sombra que es de luz
ni su capacidad de sepultarme en hermosura, de lapidarme
en su fragilidad.
III
Alma
tranquila, horma, dura vena,
molde interior de la escultura de sí mismo
el árbol sigue allí,
molde interior de la escultura de sí mismo
el árbol sigue allí,
gotea.
Se va
tornando cada vez más árbol.
Todo
nos dice que la eternidad se acaba
y el silencio sigue allí,
y el silencio sigue allí,
cayendo.
Cincinnati, OH Enero
del 2009
De: “Nueva Nieve”
RAÚL RÍOS TRUJILLO
Fragmentos
Y Solo me importan
los ángeles
Y los dialectos del
paraíso
Oswaldo Lamborghini
Imagino
al
viejo Konstantin
al
griego Kavafis
adorando
deidades homosexuales
desnudándose
en la mitad del interludio
como a
punto del Itaca
y la
voz de Bõrj en el ambiente
martes, 30 de enero de 2018
JORGE LARA
Caracol
cálamo forme el sol
de sus luces
sílabas las estrellas
compongan
Sor Juana Inés de la
Cruz
Claustro
perfume túrgido abjurante
invernal
entre geómetras paloma
magro
concilio roto de apotegmas
en el
fasto del incendio furtivo
No
ciego al torvo alcaraván con eco
bajo la
luenga noche descolgado
umbrío
cintilar tras lodo primigenio
elación
de pensamientos lluviosa
Ariadna
el minotauro un laberinto
qué
prodigio naciente por la mano
canto
de oscuridad oblonga al centro
Páramo
dulce para yertos peces
el
tiempo “arena a arena” un imán de olas
rumoroso
infinito reloj sueño
ALFREDO CHACON
sendero que se bifurca
labios lengua para lamer
jardines en la pierna qué ofrecimiento el de los senderos
quiero el círculo violáceo del pezón
pero es dos veces
bifurca la sed de mi saliva.
MANUEL IRIS
Si te
repites tú, silencio,
si te
ecas,
¿Qué
ritmo se hace luz?
¿Qué
dices cuando danzas
en los
ojos de los ciegos,
en el
andar del sordo,
en
nuestra muerte?
¿Qué
respondes?
DOUGLAS TÉLLEZ
Etimologías
A este
pequeño y oscuro cuarto
a
partir de hoy llamaré mi hogar.
A estas
gentes de hospitalidad
indiferente
a partir de hoy llamaré
mis
amigos.
A esta
lengua (la cual no entiendo, ni me hago
entender)
a partir de hoy llamaré mi lengua.
A esta
ciudad hostil de altos muros sin ventanas
a
partir de hoy llamaré mi ciudad.
Poco a
poco voy asimilando los rigores etimológicos
de la
palabra EXTRANJERO.
EDGAR VALENCIA
Escalera
al
bajar
la
escalera
primero
un pie
después
el otro, así
lo
aprendo, veo cómo uno,
un pie,
responde a cierto impulso
de
caída siempre a tiempo y espacio
adecuado
a la medida del zapato –ahora dicen
que el
tamaño ya no importa–, justo en el instante
en que
mi pie no cabe en el peldaño maya del Castillo,
y tropiezo.
lunes, 29 de enero de 2018
CAMILO PESSANHA
Baja en tierno follaje la colina...
Baja en tierno follaje la colina:
como un cuadro verdoso, adormecido,
que sanase mis ojos que han ardido,
y en los que el fuego del furor declina...
¡Ven, de blanco y del alma del follaje!
Que las ramas tu fina mano aparte.
¡Oh ven! Mis ojos quieren desposarte,
duplicar, virgen, tu serena imagen.
De la zarza ofuscada un asta esquiva
¡cuán delicada te besó en la yema
como una lágrima de rosa viva...
Leve la falda... El aire la menea...
¡Ven! ¡De blanco! ¡Del alma de los árboles!
Alma de genio, carne de camelia...
Versión de Amador Palacios
DAVID ESCOBAR GALINDO
Deja
que el aire libre se libere
más aún, oh Dolor, deja que afine
su transparente fuego Mnemosine
para cantar lo que viviendo muere.
Que así, en lo oscuro, mi estupor inquiere
y en mano abierta el eco se define
ante la espina que la mano hiere.
Deja pues, oh Dolor, que me encamine
hacia la lumbre que mi lumbre quiere,
lenta unidad de noche que termine.
Y así en el blanco oficio que me espere
la vida clara y corporal germine
como si el día sin fronteras fuere.
más aún, oh Dolor, deja que afine
su transparente fuego Mnemosine
para cantar lo que viviendo muere.
Que así, en lo oscuro, mi estupor inquiere
y en mano abierta el eco se define
ante la espina que la mano hiere.
Deja pues, oh Dolor, que me encamine
hacia la lumbre que mi lumbre quiere,
lenta unidad de noche que termine.
Y así en el blanco oficio que me espere
la vida clara y corporal germine
como si el día sin fronteras fuere.
De: "El libro de Lillian"
FRANCISCO GALVEZ
Túnel
Mensajes, mensajes, mensajes
continuos de bienvenida o despedida,
medida de silencio diario,
tan pequeños, tan gigantes.
De: "El paseante"
JORGE ROBLEDO ORTIZ
Te
esperé con la sangre detenida
sobre el silencio en ascuas de tu ausencia.
Te esperé soportando la existencia
como un lebrel al pie de tu partida.
sobre el silencio en ascuas de tu ausencia.
Te esperé soportando la existencia
como un lebrel al pie de tu partida.
Te
esperé casi al borde de la herida
y a dos pasos no más de la demencia.
Te esperé en la angustiosa transparencia
de aquella noche en el reloj vencida.
y a dos pasos no más de la demencia.
Te esperé en la angustiosa transparencia
de aquella noche en el reloj vencida.
Pero
qué inútil la mortal espera:
Sin pensarlo cité la primavera
cuando el invierno helaba mis rosales.
Sin pensarlo cité la primavera
cuando el invierno helaba mis rosales.
Y hoy
que casi olvidaba tu presencia,
me estoy enamorando de tu ausencia
a través de mis propios madrigales.
me estoy enamorando de tu ausencia
a través de mis propios madrigales.
MARÍA CLARA GONZALEZ
Tu olor
a hombre
pasea por mi cuerpo
Tus manos ásperas
calientes
seguras
Mi abandono mi éxtasis
pasea por mi cuerpo
Tus manos ásperas
calientes
seguras
Mi abandono mi éxtasis
El
tuyo
De "Pulso interno"
domingo, 28 de enero de 2018
AIDA CARTAGENA
Cauce Hondo
Haré un
desdoblamiento
de
emociones
para
darte mi vida.
Y habrá
en mi alma
una
resurrección
de
almas
para
darte este amor
como te
di el primero.
PATRICIO SEREY
Crujido
El
sujeto recostado en la casa deshabitada adivina, en su
fingido
silencio, algunos ruidos de acomodo. Queja del bien
inmueble
acostumbrado al vacío, o a los alcohólicos de
turno
que le violentan en nombre del proletariado. Rayan
sus
paredes con groseros dibujos, pero escriben sobre ello
manifiestos
de estridente finura. La casa, que no puede
expresarse
por sí misma, cáusase úlceras en su metafísica
estructura.
Por eso la morada, que alguna vez
pudo ser
hogar, se llena de polvo, se pulveriza. La casa en
desesperado
intento por anunciarse a su nuevo morador
cruje
dolores de acomodo, se tensa; aunque en el fondo
pareciera
querer simplemente derrumbarse.
JOSÉ KOZER
Principio último de realidad
No
comprendo en la extrema oscuridad de esta noche
a Altaír: lo incomprendido
anula
en mí la acción: no
salgo de incertidumbres,
temo mayores trastornos:
me
propongo dar dos o
tres
vueltas a la manzana,
quiero
decir mañana, en
la constelación del Águila
perderé
báculo y amago
mínimo de movimiento,
el próximo paso, la propia
estela
(si no visible al menos
imaginable) apenas viene al
caso qué he de desayunar en
unas horas: Altaír me desvela.
Prendo la lámpara de noche,
la oscuridad devora la luz
artificial. Saco a relucir un
libro de cabecera, en el
libro fulgen (se opacan)
los poemas de Baudelaire,
me dispongo a leerlos en
voz alta, original, versión
al inglés, versión al español,
uno
por tres, Altaír, y un
miedo atroz, los opacan:
opaco, apago. Me digo el
Sutra,
me quedo a medias:
una existencia entrambasaguas,
medias tintas, chicha no,
limonada tampoco. Mírate:
una barba florida, teñida de
azabache, al bajar la cabeza
me
roza el ombligo, su
anchura llega a mis costados,
barba imaginaria. He perdido
el pelo, vello, luz de las
pupilas, acordes mesurados
del oído, me asquea el olor a
brillantina,
dentífrico, me
asquean en verdad aromas
y colores. Soy más o menos
bipolar y autárquico: no
tengo descendencia ni quiero
acompañamiento; me alimento
de huevos duros, la durísima
clara, la fárfara de los huevos:
descafeinado: pan de molde
tostado a pelo: me vuelvo de
costado, cierro los ojos no
sea
aparezca la Ley, sopetón,
susto
mortal, a bote pronto
morir, mejor de medio lado,
duele menos, se ve menos,
menos se intuye (vislumbra):
ya
estaba anquilosado. Medio
tostado. Toda clase y orden
y género y tipo de dolencias.
En
orza repleta, muerte. En
fanal donde cabe mi cabeza,
peluca y perilla, mofletes
descarnados, patillas grises
(mejor aún color plomo)
muerte. Orza, fanal y
cornucopia, segura muerte.
Ya oscurece la oscuridad.
Altaír
resplandece justo
en
el sentido contrario a mi
situación.
Yo leía siete horas
al día, y no hay en mí una
sola célula capaz de
conocimiento:
el miedo
tiembla al compás del
azogue en mis pupilas, por
septentrión viene bajando
(sin acecho) en puridad
incomprensión.
ELIANA MALDONADO
Soliloquios
I
Otro
día de aeropuertos y lluvia,
otro
atardecer bajo el cielo gris,
sobre
la tierra difusa.
II
Hay una
tundra de ladrillo bajo mis pies,
millones
de hombres se ocultan
en
pequeños agujeros como hormigas,
cientos
de luces se mueven de aquí para allá
en
medio de disparatadas conversaciones sobre el
clima,
a pesar
de tanta belleza, solo es visible el cemento
y sus
heridas.
Dos
nubes juguetonas realizan una danza eléctrica
y yo me
bamboleo como una mariposa en la
ventisca.
Abajo
están los míos,
arriba
los ausentes y la mirada sorda de nubes
y
obnubiladas estrellas invisibles,
¿Hacia
dónde parto ahora que subo
y bajo
en el vientre de la cigüeña?
Una
estrella brilla, pero no señala ningún rumbo,
VALERIA GUZMÁN PÉREZ
Largo tiempo vagamos
por mares y desiertos; recorrimos toda la tierra…
Khayyam
Que los
Sumerios grabaran cuñas azarosamente en la arcilla
Que
Teuth vertiera sobre el Nilo el elixir de la rememoración
Que
Cadmo le arrancara los dientes a la serpiente de Casalia
Que mi
padre dejara la arisca majestad de los cóndores para bañarse en el Kubán
Que mi
madre se embebiera en las mismas aguas
Que
para ti la palabra prometida estuviera un paso después de mis pasos
Todos
los eventos: los tuyos y los míos, los del planeta en su curso
para
que en el mayor de los viajes
te
descubriera y me inventaras
De: “Piel Verbal”
sábado, 27 de enero de 2018
ANDRÉS TRAPIELLO
La vida fácil
Qué fácil es vagar los días grises,
creer que nuestra vida
rebosa de la vida de otros.
Incluso suponer
que nosotros seremos
el alto mundo lleno
que vivirán mañana los que vengan.
A tal extremo incita un buque, un árbol,
alguien que oigamos al piano
o esas perspectivas de un paseo
con gentes que también van suponiendo.
El cielo anubarrado y negro
o los gorriones
saltando entre los coches
saben que vamos
y no nos desengañan.
De: "La vida fácil"
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