"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
sábado, 16 de enero de 2016
JOSÉ AGUSTÍN GOYTISOLO
Digo:
comience el sendero a serpear
delante de la casa. Vuelva el día
vivido a transportarme
lejano entre los chopos.
delante de la casa. Vuelva el día
vivido a transportarme
lejano entre los chopos.
Allí
te esperaré.
Me
anunciará tu paso el breve salto
de un pájaro en ese instante fresco y huidizo
que determina el vuelo,
y la hierba otra vez como una orilla
cederá poco a poco a tu presencia.
de un pájaro en ese instante fresco y huidizo
que determina el vuelo,
y la hierba otra vez como una orilla
cederá poco a poco a tu presencia.
Te
volveré a mirar, a sonreír
desde el borde del agua.
Sé lo que me dirás. Conozco el soplo
de tus labios mojados:
tardabas en llegar. Y luego un beso
repetido en el río.
desde el borde del agua.
Sé lo que me dirás. Conozco el soplo
de tus labios mojados:
tardabas en llegar. Y luego un beso
repetido en el río.
De
nuevo en pie siguiendo tu figura
regresaré a la casa lentamente
cuando todo suceda.
regresaré a la casa lentamente
cuando todo suceda.
MÓNICA LANERI
El
vacío
Todo
ese espacio
que
deja el aire,
costuras
mal hechas
de la
vida,
como
si vistiera
una
prenda muy grande,
un
cuarto muy grande,
un
universo voraz
y
despiadado.
ALEJANDRO PALIZADA
Bocanada
Serás
ciudad. Te imagino conquistable. Pero no.
Serás
rimel o lienzo. Serás entonces un encuentro.
Pero
incluso mil encuentros no nos presentarán jamás.
Serás
la exquisita extraviada. Y aun así nunca.
Me lo
pienso dos veces:
nada
habrá de desbordarse pero no habrá límites.
Serás
«quizás»
Y
ambos los de diario: evocados
(los e(qui)vocados)
Hallarán
al mundo soberbio, ajeno al tedio.
Quedará
el registro que he hecho de ambos.
Quedarás
tú, decantada.
Quedaré
yo, diciendo clichés.
Serás
melancolía. No serás melancolía.
Y el
intento, – el miserable destino dicen,
bah–
el
desatino del miserable.
Serás
arquitectura al interior de un escrito. Seré yo.
Serás
luna y no. La noche y tampoco.
Serás
centro y nada. Serás puente.
FÁTIMA VÉLEZ GIRALDO
Ojos
abiertos
Sin
poder distinguir si soy yo,
o es
la distancia apresurando el cuerpo,
enmudeciendo
los pasos que se acercan,
vigilando
los rincones que no están
pero
que a ti se dirigen
con
esa voz de donde huyen las cosas
Yo,
o en
el fondo algo que amanece
sin
poder asegurar que sea el sol
o el
deseo de verter mi corazón sobre todo lo que veo
Yo
o mi
presencia el día en que del cuerpo estalle
para
velar el sueño de una muerte anticipada.
BRENDA RÍOS
El
arte negro
Una
mujer que escribe siente demasiado,
esos
trances y presagios,
como
si los ciclos y los niños y las islas no fueran suficientes,
como
si los dolientes y los chismes y las verduras nunca fueran suficientes.
Ella
piensa que puede advertir a las estrellas.
Un
escritor es, esencialmente, un espía.
Amor
mío, yo soy esa chica.
Un
hombre que escribe sabe demasiado,
tales
embrujos y fetiches.
Como
si las erecciones, los congresos y los productos no fueran suficientes,
como
si las máquinas y los galeones nunca fueran suficientes;
Él
hace un árbol con muebles usados.
Un
escritor, es, esencialmente, un ladrón.
Amor
mío, tú eres ese hombre.
Sin
amarnos nunca a nosotros mismos,
odiando
hasta nuestros zapatos y sombreros,
nos
amamos, precioso, precioso.
Nuestras
manos son suaves, de un azul claro.
Nuestros
ojos están llenos de confesiones terribles.
Pero
cuando nos casamos,
los
niños quedan asqueados.
Hay
demasiada comida y no queda nadie más
que
coma toda la extraña abundancia.
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