domingo, 19 de diciembre de 2021


 

FRIDA KAHLO

 



Recuerda que siempre te amaré

 

 

Recuerda que siempre te amaré
aunque no estés a mi lado.
Yo en mi soledad te digo,
amar no es pecado a Dios.

Amor aún te digo si quieres regresa,
que siempre te estaré esperando.

Tu ausencia me mata,
haces de tu recuerdo una virtud.

Tu eres el Dios inexistente
cada que tu imagen se me revela.

Le pregunto a mi corazón porque tú y no algún otro.
Suyo del alma mía.

 

 

TERESA WILMS MONTT

 

  

Inquietudes sentimentales: X

 

 

En la ciudad de los muertos había una quietud de mármol.

Las estatuas de las tumbas guardaban una calma sepulcral, recibiendo sobre sus espaldas el brillo de las estrellas como gotas de luz.

Nada turbaba el silencio.

Sobre el gancho de un ciprés, el ave negra de los funestos presagios, la cabeza bajo el ala, aguardaba el mensaje de los muertos a los vivos. Mis pasos lentos, resonaban en las tristes avenidas, como blasfemias ahogadas; pero mis manos estrechamente unidas en actitud de plegaria, parecían desprenderse de la tierra, como dos palomas enlazadas.

Caminaba, y en cada tumba lóbrega se detenía mi espíritu, espiando una señal de vida, un lamento, un sollozo…

Seguía la calma tétrica de hielo en el recinto de los que eternamente duermen, comido por la tierra el corazón.

Amanecía, y sólo restaba en el cielo, como un piadoso cirio, el lucero del alba.

Mi alma extática, plena de creencia, esperaba que rasgara el silencio la voz del sublime Maestro, y dijese: «Lázaro, levántate y anda».

 

PABLO ROMAY

 

 


Costera 2009


 

Esperando

(las alas que nos llevarán alto a surcar los rincones extraviados del cielo)

con esperanza

inmersos en la espera

ocupándonos en lo que esperamos

y esperamos no esperar mucha espera.

 

 

 

ELVIRA HERNÁNDEZ

 

 

Primavera

 


florecen las tinieblas más que nunca
y donde sea sabemos que es
la única luz

florece todo lo que tiene que florecer
son ciudades premeditadas y
sin salida

florecen una vez más nieves de antaño
para decir en nuestras caras
nada nos hacemos.

 

 

CARLOS MARZAL

 

  

 

Los restos de un nuafragio 

A Luis Antonio de Villena 

 



Unos cientos de libros, una casa en la playa, 
muebles que el corazón fue envejeciendo 
y que hicieron el mundo hospitalario, 
fetiches de algún viaje, talismanes 
que no pudiron nada contra el mundo, 
un puñado de cartas de unos cuantos amigos, 
alguna carta oculta, inconfesable, 
papeles ordenados, papeles sin sentido, 
medicamentos, cuadros, ropa usada 
y ropa por usar, varias cuentas bancarias, 
una viuda aturdida, un automóvil, 
una amante aturdida, un peine con cabellos, 
una caligrafía que ha perdido el pulso de su mano, 
un olor familiar camino de la nada. 

Este es el inventario de los bienes de un muerto, 
y como todo censo y toda lista 
supone un ejercicio de modestia. 
Nuestras cosas, que a veces parecían preservarnos, 
habitarnos el mundo que habitábamos, 
en un golpe de vista se convierten 
en un proligo catálogo de absurdos, 
rutas desdibujadas de un mapa inexistente, 
pájaros disecados cuyos ojos 
no saben recordar un cielo que ya ha ardido. 

 

 

LI QINGZHAO

 

  

Llevando incienso

  

LLEVANDO INCIENSO
en lo profundo de la hierba cantan los grillos
sorprendiéndose las hojas de las esterculias
caen
ahora
tanto en el cielo como en la tierra
una inmensa melancolía
nube sobre el peldaño luna sobre la tierra
y todas las puertas cerradas
incluso en esas barcas de ensueño que vienen y van
nunca podríamos reencontrarnos
el Puente de Estrellas urdido por las picazas
sólo se ve una vez al año
—pienso en el dolor inextinguible del adiós—
el Boyero y la Hilandera
¿no están lejos el uno del otro?
entonces
¿por qué el cielo se aclara?
¿por qué de súbito llueve?
¿por qué este golpe de viento?

 

Versión de Pilar González España