domingo, 13 de julio de 2014

LUIS PALÉS MATOS



 

Media noche

  

Este silencio lleno de morfina
Goza un mareo de profundidades,
Donde el alma poética se inclina
Atisbando soñadas claridades;

Y se pierde en la sed, de una divina
Procesión de simbólicas beldades:
Novia blanca, y azul, y cristalina,
Novia llena de espiritualidades.

Las doce de la Noche. Muy aprisa
Pasa el arco invisible de la brisa
Sobre el cordaje rudo de la fronda;

Y el soñador bohemio, bajo una
Borrachera, vacua ante la luna
Que le clava su hostia pura y honda.

 

 

 

JOSÉ GAUTIER BENÍTEZ



 

Oriental

  

Hermosísima sultana
de los jardines de Hiram,
sonrisa de la mañana,
por mirarte a la ventana
diera su reino un sultán;

Sus jardines orientales,
sus alfombras y pebetes,
ruiseñores y turpiales,
sus cachemiras y chales,
sus Zegríes y Zenetes;

Diera sus galas y flores,
sus esclavas y su harén,
sus sueños embriagadores
y la existencia de amores
prometida en el Edén.

Mas, ¡ah!, maldice su oro,
y su pompa, y su esplendor:
no puede el monarca moro
pagar, con todo un tesoro,
una sonrisa de amor.

Por eso lanza su gente
en algara a la frontera,
por eso nubla su frente
y va buscando impaciente
una lanza que lo hiera.

Por eso el monarca moro
quiere morir con honor,
pues ha tornado a desdoro
que no alcance su tesoro
para pagarte su amor.

 

 

 

FRANCISCO MATOS PAOLI


 

Mi voz

  

Porque el montón la paseó en el cieno,
bulle en la vena comunal y pobre.
Porque la vida le vedó la vida,
ella es motín de cruentos corazones.

Motín del corazón que es pulpa amarga
fenecida en un llanto de ilusiones.
Motín del pecho hirsuto
y de la carne desahuciada,
y del semblante tajeado
de ardores.

Ella es motín
y no
bienvenida de pájaros
y flores.

Canta el delirio gris
y el remolino gris
que desuella la frente de unos hombres.

Lleva sayal de hambre por los pobres.
Y repudia la feria trajeada
donde la luz se compra por dinero
y la paz en un cielo de ladrones.

Mi voz se hace grieta
en las bocas
que son hostias de hiel,
y balido de niebla
y rigidez de cobre.

Porque el montón la divorció del ocio,
es sangrienta su cuna,
cuna de la montaña,
cadáver verde,
páramo de temblores.
Y ésta mi voz será la mecha
que asustará la seda
y quemará la melodía
de los seráficos señores.

Por ella los relapsos
y las sombras honradas
encontrarán albergue
y yantarán un pan de resplandores.

 

De: Cardo labriego y otros poemas.

 

EDUARDO LALO


 

Ciudad sin memoria

 
 
Al atravesarte a pie como si fueras un bosque
San Juan ciudad sin memoria
veía edificios que ya no existen
El cuarto piso donde mi padre tuvo la fábrica
los barrios de zinc y los mosquiteros
Recordé cuentos de viejos y muertos:
manglares cañaverales antes que la brea
y vi todavía allí el piso alto del Consulado
donde me entregaron la visa
Pienso en ti y en mí
Pienso en mí en ti tantos años
Tiempo que pesa con una extranjería familiar
Mundo que me precedió y sobrevivirá como una casa
Camino siendo lo que está hasta donde llega la vista
y el olvido queda tan cerca
palpita con tanta salud
que no hay que esperarlo

 

 

ENRIQUE SILVA URRUTIA


 

El primero

 
 
Se abrieron las fauces de la Nada
y un torrente de luz segó la Vida,
y fui testigo de un pasado horrendo
donde la Muerte artera señoreaba,
y sentí crujir de huesos rotos,
de lastimeros ayes,
y un hedor de incienso y de sulfuro,
y en los campos siderales,
el horrísono chocar de soles y planetas.
Deambulé por la seda sin retorno del Olvido
rodeado de calcinados cuerpos,
de sofocante estiércol,
y escuché voces de dictadores muertos,
de promesas sin fin,
de dioses yertos,
y un silencio inmortal se apoderó de todo
y solamente yo latía en el desierto.
No sé que tiempo transcurrió,
si meses o milenios,
pero tronó una voz
y dijo así con tenebroso acento:
«serás el primero de los muertos»



JULIA DE BURGOS


 

El vuelo de mis pasos

 

Va descalza la vida por la nube del mar

Desde que alzo hacia ti mi corazón sus velas.

(No hay ancla que resista

el vuelo de mis pasos

que reman claridades)

Velas anchas y blancas desenredan espumas

Por tu camino etéreo

(No hay ancla que resista)

Rumores sin palabras aprisionan gaviotas

En un impulso intimo.

(no hay ancla que resista)

Anclo mi corazón en un puerto sin buques

Rociado de emociones.

(no hay ancla que resista)