miércoles, 8 de noviembre de 2017


ROGER CAMPOS MUNGUÍA




Mandarinas
(variación de un tema de Clemente López Trujillo)



Las mujeres colgaron sus ombligos
en los árboles del huerto
para que los hombres sintieran su dulzura
en la punta de la boca.


De: “Variaciones”


LUNA MIGUEL




Palmeras



Por el camino una granja de palmeras
y en ellas se cría la luz
cómo se llama el matadero de las flores
me las he puesto todas en los labios
y no quiero más
están rojos porque simplemente son labios
la música lo eléctrico es lo que menos duele
por el camino una granja de palmeras
me casaría rodeada de ellas
fábricas
el humo el mar
aquí firmo el temor de cuando estoy fuera
el humo el mar
nadie sabe a qué se parece un espejo
ni siquiera los gatos que buscan
con sus pupilas la noche he visto la luz
he visto mucha más luz
por sus arterias flexibles y en las palmeras
aplastemos las palmeras con nuestras botas
de verano
los gatos tienen un dios en los ojos
su luz es el color de mi estómago.


De: “Los estómagos”


VIOLETA NICOLÁS




Piel y pozo



La piel es superficie de saliva,
Mi naturaleza me dirige a lo alto
El viento vibra, dentro de las sienes.
Curvada de agua,
No me dejes sola.
Los labios contienen una sonrisa,
Las palabras que caben en el aliento
Mientras friego podría caer en el pozo,
Fluir hacia el hueco de mi madre
Mi única casa es de papel de huesos,
Flotante sobre el rostro rodea la espalda,
Es la presión contra mi piel, el agua.

No hay ya nada interior, solo su eco,
Las palabras son de fuera, letra de aguja,
Curvada de agua,
No me dejes sola.
Vacío de medianoche en las manos,
Sobre mi cuerpo el calor de la sábana
Los órganos suenan a música de papel
Ralentí raro de mi corazón.


De: “Flow”


EDGAR VALENCIA




Un poema largo 



El poema largo
debe decir lo mismo

que uno corto.

BERTA GARCÍA FAET





poema sobre mirar el cielo de noche y pensar muchas cosas
yo que opino que la hipermetropía es una manera legítima de existir y que intento ser una buena persona y que estudio mucho ética y metaética y yo que lloro mucho con david hume y con los galgos maltratados y con los viejos maltratados y con la contaminación de las heces de las gallinas y sus obscenas celdas del tamaño de un folio A-4 y sus viscosas fiebres del tamaño de un subcontinente y yo que creo en los tirabuzones de los páramos y yo que ignoro todo y me pregunto qué hacer sin lenin y con cielo qué hacer con el mundo y su cabello cardado y reseco y cómo tocar sus huesos arcaicos y su praxis y el humo de su belleza impenetrable y yo que siempre siento la presencia de un humo fratricida del sabor umami de la leche cuando quiero verter una palabra amable y desaliñada en la gorra entreabierta del mendigo o del músico y yo que sé bastante del amor y que lucho activamente aunque con sueño o con sueños excesivos a favor de la pandemia global del perdón y de esperanza que arrase el planeta tierra tal y como lo desconocemos de una vez por todas y yo que sueño excesivamente sueños de carácter excesivamente erótico y a veces perverso y abrupto y que nunca le perdonaré a mi especie auschwitz rosa parks el estado-nación el dinero el niño muerto y yo que olvido mucho y que propongo encender una vela con todos vosotros juntos para recordar todos nuestros olvidos y yo que hurgo en la ranura dellogos y no encuentro nada y yo que tengo un progenitor A y un progenitor B y un hermano y una hermana y yo que aun así ignoro todo de la muerte y me pregunto qué cantar cuando anochece y qué cantar que no insulte al famélico o al translúcido o a la mujer bajo las piedras del odio y yo que tirito con virginal desasosiego en el instante crítico de tener que elegir un campo favorito o un animal favorito o un juicio moral verdadero tan solo un juicio moral verdadero yo me río un poco con envidia un poco con amargura sí lo admito me río un poco con amargura un poco con envidia un poco con resentimiento de la seguridad ontológica del hombre medieval, qué enternecedor



FRANCISCO CATALANO




1.
                                        a Maximiliano Fraguas



Aparece
como sudor del pavimento
el humo emanando de los cuerpos:
–el universo me hace gestos
bañados de un sol incandescente y meridiano–
el vapor colma los espacios olvidados
                                      y los espacios de la muerte
mientras el día y la noche
pasan como dos rápidos titanes
corriendo en círculos ciclónicos
que cubren hasta el inconsciente de los árboles
y toda la mística que los circunda
                                             hasta el final
donde ya todo es precipicio
donde las cataratas de la pérdida roban todo
del dominio maternal del universo procreante
                                                                       y de pronto
esa blanca calma estática
la calle enmudeciendo tras mi espalda
la armonía absoluta de la luz
                                                                   y todos sus nuevos
                                                                   círculos cromáticos
el flujo de la naturaleza total
bombeando materia
arrojando viscosidad caliente
por las arterias del planeta
que desembocan en el hombre
hasta por fin darle vuelta y convertirlo
en una perpetua y larga línea
que traspase los registros de la muerte



De: “Libro 0”